El veneno de la tarántula
Unanue-zar es una casa del siglo XIII. Ahora es un albergue. Está a 6 kms. De Donostia. La pasada noche en ese caserío antiguo tuvimos un encuentro con artistas venidos de diferentes países. En el viejo caserío del siglo XIII Andrea y Davide con organetto y tamburelo nos ofrecieron una tarantela nocturna. Cuando te pica la tarántula, para liberarte del mal se toca y se baila la tarantela durante toda la noche. Las notas avanzan a lo largo de la noche y tú sientes la mordedura y el veneno invadiendote los sentidos. El organetto implacable avanza con sus notas y sus silencios, mientras que Davide danza con el tamburelo señalándote el camino para salir de la trampa, escapar de la enfermedad. Su cuerpo danza como en trance y su percusión, a veces frenética y otras con la ternura de la madre o del chaman, nos adentra en la danza de la noche, hasta la médula de la enfermedad, hasta la negrura del veneno. La creencia popular era que con la danza se curaba la mordedura de la tarántula, los enfermos padecían una especie de manía danzante debido a la picadura y se curaban así, y quizás también se curaran así tantas otras mordeduras tan venenosas como la de la tarántula. Tú, escuchando esa música, ese tamburelo, ese desgarro en dialecto italiano del sur, sientes veneno puro infiltrándose en tu cuerpo, apoderándose de tus sentidos, drogándo tu pensamiento, y vas tras Davide, sigues esa danza, tras los acordes repetitivos que vuelven una y otra vez como espasmos, tras las voces de Andrea, tras su canto, el vértigo de su silencio repentino, la llamada lejana del tamburelo, y sigues su huella, como la de un faro llamándote desde la costa, para no perderte, para liberarte, renacer, volver a la vida y ver con ojos nuevos tus problemas de cada día, pequeños y grandes, mediocres e imposibles y colocarlos en su justo lugar y tú lejos de ellos.
Andrea Russo y Davide Compte desde Italia junto con Antonio Rivas acompañado de «el chino» , Robin Vitry, desde Colombia, y junto a históricos de la trikitixa, como Malzeta, Laja, Gelatxo, Tapia y Leturia, los catalanes Cati Plana y Dani Violant y trikitilaris de diferentes lugares y estilos ofrecieron un concierto inolvidable en el Kursaal el día 23 de noviembre en un festival internacional de acordeón diatónico organizado por la asociación de la trikitixa.
Después del concierto y para despedir tan ilustres artistas volvimos al viejo caserío y volvimos a morir con la picadura de la tarántula, nos curamos con la tarantela que tocó para todos nuestro Joseba Tapia y renacimos con los ritmos sabrosos del negro Antonio y las voces del Chino, en la noche de la música, la noche de la tarántula.
felipelpayaso