Visto y no visto/Aracaladanza
Alrededor del vestuario
Obra: Visto y no visto
Dramaturgia: Enrique Cabrera
Intérpretes: Enrique cabrera, Maite Gámez, Silvia Machado, Rosaura Hidalgo, Marta Sainz, Olga Ventura
Escenografía y vestuario: Elisa Sanz
Música original: Mariano Lozano P. Ramos
Iluminación: Elena Fernández
Dirección: Enrique Cabrera
Producción: Aracaladanza
Teatro Jovellanos –Gijón- 19-02-03 FETEN
En los créditos de este trabajo figura un «asesoramiento pedagógico», asunto que debe ser de capital importancia debido a que este espectáculo de danza se ofrece para público infantil y juvenil. Se entiende que además de la dramaturgia, muy consistente, sea dicho de paso, destaca la frescura y la capacidad imaginativa de sus creadores. Una especie de repaso al vestuario, a las vestimentas, a esas prendas que nos colocamos para identificarnos con un grupo social, un clan, un club, una edad, una región, un modo de entender la vida. No se trata de ningún recorrido historicista, por lo que el asesoramiento pedagógico se debe entender que ha tenido su in fluencia en la propia dramaturgia y en la graduación conceptual de cada tramo, para que lo que es en muchas ocasiones imágenes conmovedoras, imaginativas, enriquecedoras, puedan ser entendidas en toda su profundidad por aquellos espectadores que por edad e instrumentos de comprensión se queden en las formas, el movimiento, el color, la espacialidad, pero quien pueda ejercer un análisis menos epidérmico, logre disfrutar por los guiños y mensajes implícitos.
Es un buen espectáculo, muy cohesionado en forma y fondo, en donde los vestidos, las prendas adquieren otros valores significativos, con lo que se crea un campo semántico mucho más enriquecido. Todo ello se hace con mucho gusto, con una buena música original y unas coreografías que buscan la sencillez sin ahorrarse rigor, que se hacen colectivamente, muy bien conjuntados y siempre al servicio del eje central, lo que tiene el vestido como máscara, como símbolo, incluso como liturgia. Es bello, ágil, divertido, sorprendente, crea sensaciones espléndidas en el espectador y se siente el calor de una danza joven, moderna, escrita con claridad de conceptos y resultados.
Carlos GIL