Críticas de espectáculos

Centvinticinc/Sémola Teatre

Sucesión de imágenes
Obra: Centvinticinc
Autor: Joan Grau
Intérpretes: Roser de Castro, Egbert de Jong, Laura Gutiérrez, Lindsay Dos Ramos, Juanjo Ruano, Natxo Tarrés
Escenografía Fina Solá, Joan Grau
Iluminación: Robert Garriga
Música: Joan Grau, Natxo Tarrés
Coreografía: Montserrat Prats
Dirección: Joan Grau
Producción: Sémola Teatre
Egia –Donostia- 12-07-03 – Feria de Teatro
Un mundo cuarteado, que se derrumba, que muestra una ansiedad vital que agobia, una presencia comunitaria a base de soledades. Habitantes de un lugar imprevisto, donde las reglas de convivencia se inventan en cada acción y en donde la decadencia es un estado de ánimo que impregna toda la propuesta, que le dota de una estética en donde se van fijando imágenes contundentes, rotundas, que se suceden con ritmo, en donde la interpretación es visceral, de entrega total. Una historia contada a base de una fotos fijas que toman movimiento y que componen un cuadro en ocasiones lleno de patetismo, siempre con mucha fuerza, golpeando a todos los sentidos del espectador.
Sentimientos floreciendo a borbotones, lugares narrativos absolutamente delirantes, ida y vuelta a la irracionalidad condensada en actitudes provocativas desde una objetivación física, haciendo que el tiempo escénico se acelere con el movimiento conjunto de cada parte de este cuadro que trabaja con materiales más atrevidas en su concepción y su materialización, llegando a una integración de formas, de herramientas interpretativas que escapan al naturalismo y en donde la palabra se debe suplir con más expresividad en cada gesto.
Es la propuesta estética la que provoca emociones y sensaciones en cascada. Desde la desorientación a la complicidad, siempre en un alto grado comunicativo, sin segundos muertos, todo se sucede con un espléndido ritmo interno y el equipo actoral luce su entrenamiento en este método logrando unas creaciones singulares con sus personajes y las acciones que emprenden. Es un trabajo fuera de la norma, un lenguaje muy particular de su creador, en esta ocasión con un trabajo que lleva implícito un compromiso de mayor alcance. Y las imágenes se convierten después en reflexiones.
Carlos GIL


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