Épica del subtexto
Obra: Tal Vez Camões
Intérpretes: Jorge Cruz, José Carlos García, Rui Rebelo
Iluminación: Marta Fonseca, Jochen Pasternacki
Atrezzo: Luis del Valle
Dirección: John Mowat
Producción: Companhia do Chapitó (Portugal)
Complejo Educativo – Eibar – 04-03-05
La inspiración es literaria, las figuras tratadas forman parte fundamental del imaginario portugués: Vasco de Gama y Luis Vas de Camões, a los que los creadores de este divertimento los engarzan a través de los dioses del Olimpo, es decir que para entender todos los guiños que contiene esta propuesta se deben conocer diversas obras épicas portuguesas o griegas. Aquí son la inspiración para la distorsión, para poner el dedo en los tópicos e intentar liberarlos. Es una épica del subtexto, ya que todo debe sobreentenderse, encontrar la cara y su reverso. O al contrario de una parodia llegar a una reseña histórica o literaria.
La opción estética nos coloca en el teatro de la sencillez. El espacio escénico es circunstancial, son los accesorios quienes ayudarán a la transformación y a tejer el todo que se va desmadejando y ovillando a base de un trabajo de búsqueda en el proceso. Son acciones que vienen de unas improvisaciones, y que colocadas una tras otras van desarrollando una estructura narrativa que no deslinda los rasgos sino que las situaciones van derivando en movimientos, en una coreografía de desplazamientos y gestos sincopados, por lo que los actores insinúan sus personajes, siempre desde una distancia irónica, crítica, buscando los rasgos más humorísticos de cada planteamiento.
Con rasgos clownescos, creando imágenes con elementos simples y cotidianos, cantando, van acercándose y logran momentos verdaderamente ocurrentes y bien definidos. Pero hay demasiados momentos de transición débil, quizás un problema de ritmo general, y una desigualdad manifiesta lo que le hace perder eficacia. Y lo que tiene de delirante la historia contada cuando los dioses deciden crear a Camões para que explique en «Os Lusíadas» la ayuda que recibió Vasco de Gama de ellos mismos, arranca bien pero se va desinflando para hacerse muy anecdótica, aunque divertida. Especialmente porque los tres actores logran llegar a la platea con su multitud de recursos.
Carlos GIL
