Críticas de espectáculos

4 de corazones / Markeliñe

DERROCHE DE VIRTUDES
Hay obras pequeñas que esconden en su baúl detalles más valiosos que otras que gozan del prestigio y reconocimiento general. En apariencia son montajes destinados a un público minoritario, difíciles de asimilar para el prototipo de espectador que acude al Teatro Buero Vallejo. Sin grandes alardes y sin realizar un despliegue importante consiguen dejar su sello personal de forma impoluta. 4 de corazones pertenece a esta tipología. La visita a Guadalajara de la compañía vasca Markeliñe dejó sobre el escenario un montaje joven, fresco y original, con un protagonista único: el amor.
Los cuatro actores ofrecen un recital de registros encarnando a personajes lanzados a la apasionante búsqueda del sentimiento más profundo. Nunca pronuncian la palabra amor. Pero todas sus acciones van dirigidas en ese camino, configuradas en su vertiente trágica y cruel. Porque Markeliñe enseña la cara más amarga del amor, el lado que nunca enseñan la avalancha de películas y representaciones que llenan habitualmente los espacios culturales.
No es difícil congeniar con 4 de corazones. La obra está dividida en piezas de corta duración que se suceden sin pausa a lo largo de una intensa hora. Los actores se lucen en diferentes registros y actúan en todo el sentido de la palabra. Además de interpretar, juegan, sueñan y realizan malabarismos (brillante juego de palos), sin que ninguno desentone. La puesta en escena es sobria y minimalista, muy propia de una obra de autor, tan visual y personal como 4 de corazones, una auténtica bocanada de aire fresco. Un derroche de virtudes al que es complicado encontrar defectos perceptibles


Mostrar más

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba