Tempo/Res de res
Contratiempo
Obra: Tempo
Creada, interpretada y dirigida por: Marta Barceló, Albert Baldonada, Biel Jordá, Laia Oliveras
Escenografía: Diego Poliognoli
Vestuario: Isabel Castro, Joana Castell
Iluminación y sonido: Christopher G. Mitchem
Producción: Res de Res
Antzoki Zaharra –Donostia- 12-07-06
Las sombras del recuerdo. La intangible del arte en vivo es que se mueve, evoluciona, se complica. Este espectáculo lo vimos estrenar hace unos meses en Manacor. Desde entonces se ha asentado, pero en la función presenciada, una de sus grandezas, su “tempo”, su ritmo interno, se perdió. Estuvo descompensado. Esto no resta calidad, pero le impide tomar su auténtico vuelo. Esta obra es un juego magnífico de música y acciones acrobáticas, de canto y de juegos escénicos, un auténtico varieté posmoderno, algo que se impregna de un hálito de misterio, que se cruza por música reconocibles, que hace que toque el piano a cuatro manos por dos acróbatas colgados boca abajo, que el contrabajista ejecute uno de sus números a cuatro metros del suelo, que se baile en vertical, que se acabe con un vuelo casi por encima de las cabezas de los espectadores de las primeras filas. Las circunstancia hicieron que muchos de los números no se hicieran al máximo, había problemas técnicos, se transmitía una sensación de inseguridad al moverse absolutamente todo el entramado escénico. Algo impensable.
Estamos hablando de la función presenciada antes de ayer, pero en el recuerdo se agranda casi todo, cuando todo se hizo al máximo, sin contenciones, cuando descubrimos el auténtico valor poético, de riesgo, del cruce de lenguajes escénicos magníficamente trazado, perfectamente ejecutado e interpretado. En esta función existía una tensión añadida, no se pudo disfrutar de toda la belleza de esta propuesta en donde la iluminación y el espacio sonoro y musical componen una base cromático y sensitiva de primer orden donde se mueven los personajes, ese escritor, esas almas que buscan el ritmo, el “tempo”, y se quedaron en la búsqueda, aunque nosotros certificamos que lo tienen, que se lo hemos visto y lo hemos disfrutado, porque este espectáculo es bueno, y la compañía tienen una manera muy propia de dibujar sueños en el aire, de comunicarse. En un tiempo pausado, en unas claves casi surrealistas. Los queremos y los admiramos, por eso estamos un poco disgustados.
Carlos GIL