Críticas de espectáculos

Tales of the body/Compañia Au Ments

Tensión flexible
Obra: Tales of the body
Coreografía: Andrea Cruz, Tomeu Gomila Grau
Intérprete: Andrea Cruz
Iluminación: Manu Martínez
Atrezzo: Marc Vidal
Espacio escénico. Andrea Cruz
Espacio sonoro: Kiko Barrenengoa
Dirección: Tomeu Gomila
Sala La Fundición –Bilbao- 12-05-07
La memoria del cuerpo se convierte a partir de un proceso artístico en cuentos corporales, en narrativa escénica compuesta por el movimiento, por la codificación del tiempo y el espacio a base de gestualidades, cambios de ritmo, lucha por el espacio abierto y el acotado por luces, atrezzo o dibujos y con la incorporación de aquellos elementos de iluminación y de expresión estática que hacen que hasta lo intangible se mueva, o al menos forme parte de la propia caligrafía escénica.
Desde la lentitud del butoh, la cámara lenta, la pantomima, la danza contemporánea o la neoclásica, todo aquello que el cuerpo de Andrea Cruz ha memorizado a lo largo de su vida se convierten en fuentes de inspiración y en instrumentos para la creación. Siguiendo una lógica discursiva, pero rompiendo con asiduidad sus propias construcciones, aunque siempre dentro de un continuum que se fragmenta, se esconde para llevarnos por otras vías expresivas, dando saltos casi desde la memoria a lo imaginado, y dentro de unos parámetros estéticos que nunca se rompen, aunque se transformen, de autodestruyen para volverse a construir a partir de unas ensoñaciones.
Un trabajo que demuestra una sensibilidad muy especial para poder narrar esas emociones desde un planteamiento bastante cerebral, aunque esa aparente frialdad y distancia se va revistiendo de sentimientos, de acercamientos, como si después de mostrar unas vivencias interiores, se entrara en otra fase de comunión, de aproximación a los espectadores.
Desde ese instante entramos en otra relación, compartimos espacio emocional, sensaciones, descubrimos la humanidad de la propuesta, las tribulaciones, los secretos, nos hace cómplices de su propuesta y nos sentimos tan marionetas o tan muñecos como ella misma, todo con la flexibilidad de una tensión muscular, de una respiración acompasada, de un tiempo escénico muy gratificante. Carlos GIL


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