Críticas de espectáculos

Unes veus (Las voces)/Joe Penhall/Germinal Produccions

Otras voces Obra: Unes veus (Las voces) Autor: Joe Penhall Intérpretes: Pablo Derqui, Toni González, María Rebera, Jordi Ballester, Carles Sales, José Luis Mediavilla Escenografía: Max Glaenzel, Estel Cristiá Vestuario: Marta Riera Iluminación: Luis Martí Dirección: Marta Angelat Producción: Germinal Producciones Teatre Calderón –Alcoi – 15-06-07; Antzerki Zaharra –Donostia – 14-07-07 Encerrados en sus propios juguetes rotos, oyendo voces, esas voces, unas voces que solamente suenan en algún lugar de las cabezas de los afectados por algunas enfermedades mentales. En esta obra no se muestran personajes estigmatizados, no se trata de exhibir a unos monstruos, unos frikis, unos seres que lleven en su propia cara la marca de la enfermedad o de sus sospechosos remedios farmacéuticos, sino de gente normal que un día quedaron atrapados en ese mundo a veces desconocido, siempre inquietante, en donde la química corporal no acaba de cerrar los circuitos, pero que cuando no están en crisis son personas con sus proyectos, sus necesidades de dar y recibir amor, de comunicarse, de ilusionarse. Con este planteamiento, se nos cuenta un tramo de la vida de un joven que es dado de alta del siquiátrico donde reside y se va a casa de un hermano superprotector, y es ahí, en lo cotidiano, en el día a día, donde se va dibujando un problema que excede a lo meramente clínico. La enfermedad se transforma en un problema social, en una angustia, en algo que añade voces y gritos a las voces internas, que demuestra la dificultad de estas personas para poder liberarse, para mantener su independencia absoluta y, por lo tanto, para poder desarrollar sus proyectos vitales. El montaje cuenta con una espléndida escenografía, en apariencia minimalista, acaba siendo algo tan significante que acumula gran parte de las bondades de la propuesta que cuenta con un plantel de actores que dan vida a las cinco personajes de una manera ajustada a la visión general de la directora, Marta Angelat, debutante en estas lides, pero que demuestra unas cualidades impresionantes y una claridad de ideas que le dotan del convencimiento para dotar al conjunto de un estilo, de un tono majestuoso que la convierte en trascendente. Consigue que las asperezas del magnífico texto se transformen en vías de aproximación a una situación y unos personajes a partir de un recorrido teatral, donde prima el tempo, la actitud, las acciones, el silencio y la verdad escénica. Una gran obra, un gran montaje, unas buenísimas interpretaciones. Carlos GIL


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