El sabor del engaño / Teatre Q
Aunque esta compañia se presente como «Amateur» el trabajo de sus actores Amparo Gimeno y Vicente Ortega podría clasificarse casi como profesional. Y digo casi porque en «El sabor de l’engany» (vi el espectáculo en su versión en Valenciano) los dos carecen de ese saber estar y esa presencia natural en el escenario hasta pasada la primera media hora de representación, quizá por los nervios que produce actuar delante de un jurado en un concurso.
Recitando a una velocidad de vértigo no «saborean» las palabras que salen de sus labios (¿imposición de la directora?) y con esas prisas el público no acaba de creerse del todo los personajes. 65 minutos despues, cuando cae el telón, solo hemos visto a un «jefecillo» que trata de ligarse sin pelos en la lengua a una señora de lo más respetable, aunque el texto del espectáculo halla contado muchísimo más. Xaro Caballer, como directora, debería haber tenido en cuenta este detalle.
Recomendado a ejecutivos misoginos que quieran conocer como les ve la sociedad.