El guía del Hermitage/Herbert Morote
Pinceladas
Obra: El guía del Hermitage
Autor: Herbert Morote
Intérpretes: Federico Luppi, Manu Callau, Ana Labordeta
Escenografía: Jose Luis Raymond
Vestuario: Ikerne Jiménez
Iluminación: Juan Gómez Cornejo
Música original: Yann Díez Doiuzy
Dirección: Jorge Eines
Producción: Pentación Espectáculos
Serantes Kultur Aretoa – 27-10-07 – Festival Internacional de Teatro de Santurtzi
El Mayor Museo del mundo, el famoso Hermitage de Leningrado, antes y ahora San Petersburgo, es el imaginario lugar donde se encuentran un guía del mismo con problemas de visión, el viejo y maltrecho guardián, y la mujer del primero y experta restauradora. En un sala vacía, con unos camastros, sin cuadros a la vista, es el exterior el paisaje que se intuye. Fuera parecen vivirse unos momentos convulsos. Llegan noticias por boca de ella, de la mujer, hay un comité reunido esperando tomar decisiones. Pero allí, lo que vemos, se convierte en una metáfora de un mundo que ya no existe, de una idea del mundo en recesión que se mantiene a base de incorporar una voluntad que sobrevuela a cualquier circunstancia, enajenante por intentar ver lo inexistente, por perpetuar lo que fue, aunque ahora ya no lo sea, ni lo pueda ser nunca más.
Metáfora del mismo comunismo, con Stalin como figura evocada, con la persistencia del ciego en ver, del cojo en andar, de entrar y salir de la realidad al sueño, de lo tangencial a lo utópico, como si se pudiera parar el curso de la historia a base de emociones, recuerdos y filigranas filosóficas. Una primera parte muy discursiva, excesivamente situada en la descripción, para que vaya avanzando hacia una mayor presencia actoral, para que sucedan más cosas, para que las acciones acompañen de forma más clara al texto, que mantiene unas buenas dosis de teoría del arte como elemento configurador de la memoria colectiva. Buen trabajo actoral, buena dirección en un nítido espacio escénico, para sacar aristas de un texto algo plano hecho como a pinceladas.
Carlos GIL