Dificil de encajar, asi definiría yo este motaje. Una especie de experimento «Ionesco» a la española, muchos juegos de palabras y maniobras retóricas. Realmente un buen atrevimiento por parte de Gerardo Esteve, que el pobre hace lo que puede y está bastante correcto, pero ay! el texto… El escritor, Paco Zarzoso, se ha lucido en esta ocasión, y confiere al espectáculo un monótono ritmo, cansino, que acaba por agotar al más apasionado del teatro del absurdo. Asi que aunque uno vaya de buena fe, puede acabar agotado y con ganas de salirse del local siquiera llegados a la primera mitad. Desde luego, un espectáculo «duro de roer». Recomendado a los amantes recalcitrantes de Ionesco.
