Dile a mi hija que me fui de viaje
DILE A MI HIJA QUE ME FUI DE VIAJE.
Teatro Galileo.
Autora: Denise Chalem.
Traducción: Lourdes Ortiz.
Director: Jesús Salgado.
Intérpretes: María José Goyanes, Marta Belaustegui y Patricia Sanz.
HAY UNA PRISIÓN MÁS ALLÁ DE LAS REJAS…
Dos mujeres inician el viaje más importante de su vida, un viaje hacia sí mismas, un viaje hacia su humanidad, un viaje para el que sobran las máscaras, las muletas, las excusas que les ayudan a sobrevivir en un mundo que continúa amaneciendo más allá de unas rejas, más allá de las normas arbitrarias de un sistema penitenciario que no reinserta, más allá de la desigualdad que subsiste de una forma más hiriente en las palabras de unas leyes incumplidas por quien continúa viviendo fuera y de unas leyes por las que ha de pagar quien también las paga fuera… Dominique (María José Goyanes) y Carolina (Marta Belaustegui) se encuentran en el único lugar, quizá, donde sus existencias podrían converger. Ambas terminan en la cárcel con la marca indiscutible de un cooperador necesario, el hombre. El hombre, personaje omnipresente en toda la obra, demasiado visible para no surgir tras las paredes de una celda común, demasiado crecido para contemplar la libertad en dos mujeres que se descubren iguales en la inmensa selva de los sentimientos…
“Dile a mi hija que me fui de viaje” es un trayecto emprendido a través de las vías de la humanidad, a través de la valentía para quitarnos de encima los lastres que nos han llevado a un destino equivocado, a través de la osadía de ser más allá de los tópicos y los prejuicios, a través del conocimiento y del amor…
Dominique y Carolina se descubren, se conocen, se reconocen y a medida que pasa el tiempo, los días, las noches, los miedos… surge entre ellas algo más que una amistad, quizá la amistad en sí… lejos de la facilidad con que pronunciamos, escribimos y escuchamos esa palabra… para compartir mucho más que una condena…
Denise Chalem es una de las grandes autoras francesas y una de las pocas mujeres que ha recibido el Premio Moliere con el que se la galardonó en el año 2005. El texto es hermoso. No es reduccionista, pues entre las palabras y la psicología de los personajes se lee la realidad social de una mujer aún lejos de la igualdad… una mujer que aún camina por el mundo con unos onerosos lastres… la cárcel en la que se desarrolla esta obra bien podría ser, en Dominique, su propia vida… quizá siempre haya estado en la cárcel, en la prisión de un matrimonio desafortunado, en el calvario del maltrato de un marido al que no le basta su mujer… quizá en estos siete años haya experimentado la libertad de ser responsable sólo de sus actos… y no de los errores voluntarios de un hombre… quizá su acierto, por muy duro que parezca, haya sido el delito por el que contempla la vida a través de unas rejas…
En estos aspectos me gusta mucho el texto y cómo la autora francesa ha dibujado a sus protagonistas.
María José Goyanes y Marta Belaustegui interpretan a las dos heroínas. La primera desarrolla su labor de un modo convincente, mostrando perfectamente la evolución de una mujer que en un primer momento conocimos envuelta en un papel áspero y vulgar. Al final de la obra la descubrimos llena de sensibilidad, de desesperanza, de valentía también y siempre de generosidad. Marta Belaustegui, por el contrario, no dota a su personaje de la veracidad necesaria; no se ve en ella una evolución auténtica, su interpretación se queda un poquito en la superficie.
La puesta en escena es muy gráfica, a veces los ruidos no son del todo creíbles y algunas de las intervenciones de Patricia Sanz resultan casi caricaturescas…
“Dile a mi hija que me fui de viaje” se sustenta sobre todo en la interpretación de María José Goyanes, en un cara a cara lleno de humanidad y en un texto verdaderamente hermoso.
Sofía Basalo.