EL CASAMIENTO.
Basado en dos relatos cortos de Antón Chejov “La boda” y “El oso”.
Centro cultural Francisco Tomás y Valiente de Fuenlabrada.
Compañía Histrión Teatro.
Dramaturgia y dirección: Juan Dolores Caballero.
Intérpretes: Constantino Renedo, Enrique Torres, Gema Matarranz, Manuel Salas, Paco Inestrosa y Pepe Penela.
Escenografía: Álvaro Gómez Candela.
Música Original: Inmaculada Almendral.
UNOS COTIDIANOS ESPONSALES.
“La boda” y “El oso” de Chejov constituyen el origen del último proyecto de Histrión Teatro: “El casamiento”. Son dos relatos cortos, demasiado cortos quizá, y claramente desiguales.
Es cierto que Chejov pinta en sus obras la vida de la gente tal como es, sencilla, sin grandes eventos… la gente no se ahorca, no se hace declaraciones de amor en cada momento, no siempre habla de manera inteligente, casi nunca por mejor decir… la gente come, bebe, galantea, sale… lo más probable es que lo extraordinario sea la excepción…
La propuesta de Histrión Teatro comienza con el relato más estático, anodino e incluso aburrido, “La boda”, del que sólo podemos extraer la unión de dos personas por el interés. El novio (Enrique Torres) se ha casado con la hija del Sr Jigalov (Pepe Penela) por la promesa realizada de entregarle unas tierras que resulta no tener; durante la celebración de los esponsales irrumpe “El oso”, acreedor del marido de la hermana viuda de la novia (Gemma Matarranz), cuya desfavorable opinión de las mujeres dará un giro de 180 grados al conocer a su deudora. Es éste el punto de inflexión de una obra que hasta ese instante ha transcurrido de un modo lineal; la fuerza del personaje protagonista del segundo relato levantará sin demasiado éxito una función que resulta insulsa.
El trabajo interpretativo de los actores es bueno, aunque al novio y al padre de la novia les sale un acento marcadamente agitanado que no sabemos, del todo, donde ubicarlos… la puesta en escena está muy cuidada, la música compuesta expresamente para la obra por Inmaculada Almendral es muy hermosa, así como el efecto conseguido a través de los originales músicos; todo ello es la muestra de un trabajo hecho a conciencia que, sin embargo, falla por la elección de un relato en el que no pasa absolutamente nada… y no es que se eche de menos algo extraordinario… es que, se echa de menos simplemente algo…
Sofía Basalo.
