Fallece en Toulouse el dramaturgo y director de teatro José Martín Elizondo
El pasado 19 de febrero falleció en Toulouse José Martín Elizondo nacido en Getxo en 1922. Exiliado en Francia desde 1947. Entre sus muchas actividades destaca la creación de la Asociación de Amigos del Teatro Español. Ha muerto en el exilio, cual “Cómico sin tierra”, título de su último libro publicado (Do Castro, 2007).
A los veinticinco años se exiliaba a Francia. Se había educado en Navarra y allí le cogió la guerra civil. Fue evacuado a Francia y terminada la guerra estudiaba Filosofía en Valencia mientras hacía la mili. Soñaba con reunirse con su padre exiliado en México. Pasó clandestinamente la frontera en 1947 y en Francia, sin documentación, vivió duros años en campos de refugiados, como estibador de puerto, como peón de albañil, en unos altos hornos, hasta conseguir un puesto de profesor de español en Lille y luego poder terminar sus estudios en Toulouse.
Tras diez años errando por Francia inicia una década febril en cuanto a actividad teatral concebida como arma antifranquista: crea en Toulouse los Amigos del Teatro Español que invita a compañías y autores censurados o prohibidos en España a la vez que inicia su propia escritura dramática.
José Martín Elizondo ha sido un hombre polifacético que llegó al teatro a través de la pintura, arte que todavía cultivaba en sus últimos días y ésta le llevó a la escenografía y de ahí a la dirección y la autoría, aunque todo esto no se produzca en etapas separadas sino en una convivencia casi simultánea.
Poco sabemos en España de su obra. Se conoció en el Festival Internacional de Teatro de Sitges que dirigía Ricard Salvat en 1979 cuando su obra “Memoria de los Pozos” fue Premio Santiago Rusiñol al mejor texto. En otro posterior Festival de Sitges podríamos ver su obra “Dalilah y Dalilah” en francés. Y poco después “Las Hilanderas” en la Sala Villarroel. Su momento teatralmente más brillante en España fue cuando su obra “Antígona entre muros”, tras ganar el premio al mejor texto presentado en Mérida se representó en el Teatro Romano de la ciudad en 1989.
Pero su obra es casi inabarcable, son unas cincuenta obras de las que diecisiete se han estrenado. Su etapa más vinculada al teatro fue la que durante años dirigió en Toulouse, la A.T.E. Con ellos dirigió unas ochenta obras. Su obra refleja siempre el sufrimiento del exilio y el amor a un país al que nunca dejó de pertenecer. Su tema ha sido siempre la historia de su tiempo, de su España, la Historia que ha recogido y que, con gran frecuencia, ha articulado a través de sus mitos, de sus mitificaciones, de su modo de elevar la anécdota a categoría de mito.
Martín Elizondo nos habla de todas las dictaduras que le llevaron al exilio. Son la Historia y el Exilio los que han definido su vida y su teatro. Su legado es el de su coherencia con el teatro y con la historia, su lucha contra la opresión política a partir del teatro, del exilio forzado en que se ha visto obligado a vivir. En el que murió el 19 de febrero de 2009.
María-José Ragué-Arias