La Tristura presenta en el Adriantic de Barcelona ‘Años 90. Nacimos para ser estrellas’
La Tristura (Premio Injuve 2008 Propuestas Escénicas) presenta los días 14, 15, 16 y 17 de mayo en Adriantic (vía Trajana 11, metro La Pau) de Barcelona, ‘Años 90. Nacimos para ser estrellas’, una creación propia, una reflexión moderna y poética sobre los acontecimientos de la última década del siglo veinte.
Con tan sólo dos espectáculos, la joven compañía La Tristura (Pablo Fidalgo, Celso Giménez, Itsaso Arana y Violeta Gil) presenta una creación experimental sobre esta época de postmodernidad con un lenguaje tanto político como absurdo. Este texto de Pablo Fidalgo y Celso Giménez, editado en los «Pliegos de teatro y danza», es la prometedora obra de una generación que «se declara desencantada y nihilista».
La Tristura presenta su segundo trabajo, Años 90. Nacimos para ser estrellas, una historia de amor para contar la historia del mundo, un viaje de lo privado a lo público, un llanto por el siglo veinte. Los años noventa empiezan en la tierra, con la caída del muro, y acaban en el cielo, con los aviones que destruyen las torres gemelas. Ese es el cielo que han querido construir. Un cielo desde el que las estrellas bajan a salvarlos.
Años 90… habla de la historia íntima de dos hombres mayores, a los que algo importante parece haberles sucedido, algo ha causado una fractura dentro de ellos, quizá la acumulación de cosas que han vivido, quizá la forma de vivirlas, quizá su relación. La palabra sola no puede llegar a ningún sitio, la palabra ya sólo sirve si se hace una con el cuerpo, si es acción, si es discurso ante los demás, si es pensamiento fuerte, si tiene origen y destino, no es suficiente la palabra por la palabra, no es suficiente la palabra cotidiana.
«Los años 90 somos tú y yo mirando a nuestros padres cara a cara.
¿Te acuerdas de los años 90, Celso? Tenemos que olvidar tantas imágenes y escuchar de nuevo. Los años 90 hacen que la antigüedad sea ridícula. Los años 90 es Berlín, es Srebrenica, es Kuwait, es Nueva York.
¿Te acuerdas de los años 90, Itsaso? Los años 90 es una forma de tirarte al suelo, un olor a quemado.
Los años 90 son lo único que sabemos de la vida. ¿Sabemos tan poco? ¿Te acuerdas de los años 90,
Violeta? Los años 90 son todas las cosas que están en el suelo y que vas a tardar toda tu vida en recoger.
Tenemos que olvidar tantas imágenes y escuchar de nuevo. ¿Te acuerdas de los años 90, Pablo?
Porque yo ya no me acuerdo de nada.»
La Tristura
Desde Valencia, Vigo, Tafalla y Segovia cuatro jóvenes dejan su casa y viajan a Madrid para hacer teatro. Se encuentran en la Resad (Real Escuela Superior de Arte Dramático). Nacidos en los años ochenta, no comprenden la escuela, ni el teatro, ni la capital: deciden formar una compañía. Creen que el teatro es un invento para que no puedan esconderse, un buen invento al fin y al cabo. La tristura son Itsaso Arana, Pablo Fidalgo, Violeta Gil y Celso Giménez.
En 2005 empiezan a trabajar y en 2006 estrenan en Valencia, Instrucciones de nadador. Ese mismo año ve la luz La velocidad del padre, la velocidad de la madre. Con esta obra realizan una gira por diversas ciudades de España como Sevilla, Bilbao, Valencia, Madrid o Vigo. El texto es publicado en la colección «Pliegos de teatro y danza».
La tristura cree que el teatro es el lugar adecuado para el encuentro con el otro, para hablar y escuchar. Cree en la implicación absoluta de cada miembro de la compañía en cada aspecto del hecho teatral, en la toma de decisiones, y en el compromiso activo con una forma de vivir. Apuesta por un lenguaje poético y político, lejos del realismo y de las formas convencionales, buscando la excelencia en cada uno de sus trabajos.
Reivindica el teatro como espacio sagrado y lugar de asamblea. Si La velocidad…, fue una reflexión sobre la educación y los modelos familiares, Años noventa… trata de mirar al mundo cara a cara, sin acusar y sin buscar culpables, intenta, una vez más, responder a la pregunta de cómo vivir con la convicción de que sólo hay una manera de diferenciar lo real y lo ficticio, la búsqueda incansable de la belleza y la verdad.
Pablo, Celso, Violeta e Itsaso. «Nacimos en los 80, y nos conocimos 20 años más tarde en Madrid. Somos cuatro, cada noche volvemos a contarnos y nunca somos más. Todavía no hemos decidido si contestar a la pregunta solos, a cuatro voces o por turnos. No sabemos si es natural o artificioso. Entre ser uno y ser todos está La Tristura, entre ser una familia y ser amantes, entre quedarse en Madrid o viajar a Europa. El amor no siempre es perfecto, el amor es sólo amor.»
Ficha artística:
Interpretado por Itsaso Arana y Violeta Gil
Texto: Pablo Fidalgo y Celso Giménez.
Colaboran: La Casa Encendida y el Aula de Teatro de la Universidad de Alcalá