Tres actrices memorables, tres actores de postín y cinco grandes nombres del mundo de la danza han sido los receptores de los I Premios Iberoamericanos, instaurados por AISGE junto a otras entidades homólogas de América Latina. Los galardonados son Sara Montiel, Analía Gadé, Mercedes Sampietro, José Sacristán, Imanol Arias, Alberto de Mendoza, María Rosa, Víctor Ullate, la Fundación Antonio Gades y el tándem que integran Laura Hormigón y Óscar Torrado.
La gala, que presentaron Isabel Blanco y José Manuel Seda en la Sala de Columnas del Círculo de Bellas Artes, se complementó con otro galardón novedoso. Lleva el nombre de HazTuAcción, consiste en un trofeo del prestigioso escultor Ángel Aragonés y va a parar, en esta primera edición, a Intermón Oxfam y Médicos Sin Fronteras.
AISGE quiso aprovechar la presencia en Madrid de los principales expertos de América Latina en propiedad intelectual para entregar los Premios Iberoamericanos. Los destinatarios eran “personalidades incuestionables en el mundo del cine, la danza y la televisión” que se hayan caracterizado, a lo largo de su trayectoria, “por una importante presencia en las dos orillas del gran océano”. Entre las personalidades institucionales que asistieron a la entrega figurabann los máximos responsables de las sociedades hermanas de AISGE: Sebastián Bloj (SAGAI, Argentina), Martín Moscoso (ODA-Indecopi, Perú), Enrique Victoria (ANAIE, Perú), Claudia Cadima (GDA, Portugal), María Eugenia Penagos (CICA, Colombia), Ismael Larumbe (ANDI, México) o Priscila Camargo (IAB, Brasil), entre otros. Todos ellos participaron en el VI Foro Iberoamericano sobre Interpretaciones Audiovisuales, organizado por AISGE y también con el Círculo de Bellas Artes como escenario.
La presidenta de AISGE, Pilar Bardem, ejerció de anfitriona en un acto con grandes figuras entre los galardonados: mujeres incombustibles (Sara Montiel, Mercedes Sampietro, Analía Gadé, María Rosa); actores tan acreditados como José Sacristán, Imanol Arias o el hispanoargentino Alberto de Mendoza; nombres e instituciones honorables en el mundo de la danza (Fundación Antonio Gades, Víctor Ullate) y una joven pareja de bailarines, Hormigón y Torrado, con gran predicamento a ambos lados del Atlántico.
Sara Montiel
“Perdónenme la familiaridad, pero yo ahora voy a llamar a mi amiga Antonia”. Así presentó Pilar Bardem a la incomparable María Antonia Abad Fernández, nuestra Saritísima Montiel, una mujer con la que, en efecto, ha compartido muchos momentos de la vida. “No en vano, yo también he sido pequeña y he llevado a un bebé llamado Javier Bardem a pasear por el parque del Retiro”, rememoró la intérprete de Fumando espero.
Acompañada por su hijo Zeus, Montiel estuvo sembrada e imparable en su discurso de agradecimiento. “Yo es que a las doce semanas ya cantaba en el vientre de mi madre”, reveló. “La vida es divina y hay que seguir. Y yo seguiré cantando hasta que Dios quiera”. La más ilustre hija de Campo de Criptana se felicitó de llevar “muchos años en este oficio maravilloso”, y hasta confesó lo más duro de su profesión: “Mi trabajo ha consistido siempre en adelgazar para poder trabajar. ¡Anda que no he pasado yo hambre! Pero para interpretar 28 canciones seguidas, y encima enseñando sin parar la pierna izquierda, hay que estar en buena forma…”.
José Sacristán
“Este premio es una redundancia”, exclamó el actor madrileño, “porque ya bastante premio me parece que mis grandísimos compañeros latinoamericanos me consideren uno de los suyos”. Sacristán, presentado por María Botto, animó a las autoridades culturales españolas a “abrirse más a la formidable cultura latinoamericana, de la que tanto tenemos que aprender”.
Imanol Arias
Gemma Cuervo fue la encargada de introducir al patriarca de los televisivos Alcántara, que estuvo muy emotivo durante su intervención. “Nací en un pueblo de las montañas de León [Riaño] que ya ni siquiera existe. Tuve la suerte de recalar en este hospital de cariño que es Madrid y hoy puedo presumir de que mi patria es mi lengua”. Recordó también su infancia por las calles de Lima, Caracas o Buenos Aires, o su pasado como primer presidente de AISGE, de la que dijo: “Ésta es una buena institución que supieron poner en marcha actores con compromiso e ideología. Por eso animo desde aquí a Cuba, Venezuela, Ecuador o Bolivia a que también pongan en marcha sus propias entidades de gestión”.
Mercedes Sampietro
No se pudo aguantar las ganas Sergi Mateu, antes de dar la bienvenida a Mercedes Sampietro, de un saludo futbolero apenas 48 horas después de la final de la Champions: “Bona nit y… ¡visca el Barça!”. Luego la homenajeada testimonió su “inmenso amor y adoración” por Iberoamérica. “Mi vida siempre tendrá un antes y un después de mi paso por tierras suramericanas y del rodaje de Lugares comunes, con mi adorado Adolfo Aristaráin. Tenemos que reunirnos más”.
Alberto de Mendoza
La portuguesa Claudia Cadima fue la responsable de llamar al estrado a este galán de los años dorados y pionero en el hermanamiento de los escenarios españoles y argentinos. De Mendoza recordó que recaló en Madrid en el ya lejano año 1961, con la misión de inaugurar el teatro Bellas Artes con un estreno de altos vuelos: las Divinas palabras de Valle-Inclán. Y hasta hoy, casi medio siglo después, pervive su amor por la metrópoli madrileña.
Analía Gadé
“Fui una de las primeras personas que se hizo socia de AISGE”, presumió la gran dama argentina, afincada en tierras ibéricas desde 1956, “y la labor que ha desempeñado esta entidad para poner en marcha la SAGAI argentina ha sido grande y hermosa”. Su paisano Osvaldo Santoro fue el encargado de entregarle la estatuilla.
Fundación Antonio Gades
El rockero Miguel Ríos, entregador de este galardón, no quiso reprimir unas gotas de humor y, remedando la letra de uno de sus mayores éxitos, comenzó: “Buenas noches, bienvenidos, hijos del… teatro”. Eugenia Eiritz y Estela Arango, de la Fundación, agradecieron un reconocimiento “que siempre es un gran impulso para que la obra de Antonio se mantenga en vigor”.
Víctor Ullate
Fue Patricio Ullate, hijo del gran bailarín, quien recibió el premio de manos de la chilena Esperanza Silva. Patricio excusó la ausencia de su progenitor por motivos de salud y agradeció en su nombre una distinción “tan emotiva”.
María Rosa
“Baila el flamenco con el alma”, piropeaba Fernando Chinarro a María Rosa. Y a ella se le humedecían, irremisiblemente, los ojos. “Los premios como éste te los tienen que dar en vida, que luego no sabes si te vas a enterar”, anotó. Para ella, gran amante de América Latina y madre de una hija “medio colombiana”, la noche fue “muy especial”.
Laura Hormigón y Óscar Torrado
He aquí un tándem indisoluble en lo personal y lo profesional. A Óscar y Laura les hizo los honores otro tándem de relieve en el ámbito de la propiedad intelectual, la brasileña Cristina Camargo y el mexicano Ismael Larumbe. “Iberoamérica forma parte de nuestra vida profesional y personal”, confesó Hormigón. “A los seis años recibí en México mi primera clase de danza, y luego el Ballet de Cuba nos hizo recorrer todo el continente americano durante una década completa. Nuestra vinculación es total”.
HazTuAcción: El valor de la solidaridad
A renglón seguido se procedió al acto de entrega de los I Premios Humanitarios HazTuAcción, que AISGE instaura para reconocer el esfuerzo y dedicación de organismos, personalidades e instituciones que hacen de la solidaridad activa su principal razón de ser. Luisa Martín, en nombre de Médicos Sin Fronteras, y la directora general de Intermón Oxfam, Ariane Arpa, recibieron la estatuilla que había diseñado específicamente para la ocasión el escultor madrileño Ángel Aragonés: un corazón que también tiene mucho de máscara teatral.
“A través de la actuación podemos pasar a la acción”, explicó la presentadora Isabel Blanco sobre el significado de este nuevo premio. “El trabajo de los artistas genera cultura, pero a la vez debe calar en la sociedad y transmitir un mensaje relevante: que todos podemos hacer nuestras propias acciones para mejorar el mundo que nos rodea”.
Además del valor simbólico, HazTuAcción nace con una dotación de 6.000 euros para cada uno de los receptores. Luisa Martín se emocionó recordando su primer viaje africano junto a Médicos Sin Fronteras, allá por 1988, y el Nobel de la Paz que recayó en esta institución once años después. Ariane Arpa se felicitó de que la estatuilla otorgue “voz y visibilidad” para quienes carecen de ellas. “Las palabras no curan, pero está claro que el silencio sí mata”, concluyó.
