“El público” Lorca / Teatro del Temple: ¿Partícipes de un sueño?
“El público” es un texto fundamental de la dramaturgia contemporánea. En él, Lorca propone una nueva forma teatral despojada de máscaras y alimentada por la propia intimidad del autor; una dramaturgia que va directamente a lo esencial y que aborda un problema fundamental: qué es lo que vale la pena que se diga en escena y hasta qué punto la verdad debe ser dicha. Se trata de un texto estricto, riguroso, que plantea la profunda contradicción entre el teatro de la verdad y el teatro del ilusionismo (el teatro bajo la arena y el teatro al aire libre, el Director y el Prestidigitador); un texto que es una síntesis, un viaje iniciático, un mundo onírico y simbólico proyectado hacia el futuro como un reto.
Teatro del Temple recoge ese guante lanzado por Lorca en 1930 y se enfrenta a la tarea de trasladar a la escena la complejidad del texto lorquiano. Plantearse retos implica arriesgar, y asumir riesgos es, con independencia del resultado final, una actitud que debe ser aplaudida y justamente reconocida. La propuesta que firma Carlos Martín, es austera, evita los trucos escénicos e intenta (pero intentar no es conseguir) la complicidad con el público a través de la capacidad del actor para mostrar y transmitir emociones y sentimientos. Plantea con corrección el recurso metateatral en el que Lorca inserta las dos acciones (la del teatro al aire libre y la del teatro bajo la arena) para construir el entramado lógico de la obra.
La puesta en escena, por tanto, cumple su papel de traducir de manera inteligible el texto al lenguaje escénico. Pero esa traducción se realiza sin brillo, sin nada que deslumbre y con pocas cosas que enganchen al espectador. Tiene, además, dos importantes contradicciones. Intenta llevar a la escena un mundo onírico y simbólico, sin que lo ni lo uno ni lo otro, tengan una presencia determinante sobre la escena (es muy poco lo que el vestuario y la escenografía aportan para lograr ese objetivo), y sobre todo, intenta mostrar una nueva dramaturgia sin hacer uso de una forma interpretativa claramente apartada de lo convencional. Apartada en lo mímico, en lo gestual, en la plasticidad y en la concepción del movimiento; una forma que entre en contacto con la materia primaria del teatro, desnudo, físico y afectivo, para convertir el espacio en poesía descarnada. Sólo cuando el Director baja al patio de butacas en el último cuadro (sobresaliente Pedro Rebollo) la obra consigue intensidad y tocar la fibra de espectador. El público aplaudió entregado al finalizar la función, pero lo visto no pasó de discreto.
“El público” Autor: Federico García Lorca. Compañía: Teatro del Temple. Intérpretes: Pedro Rebollo, Gabriel Latorre, Javier Aranda, Rosa Lasierra, Alfonso Pablo, Gema Cruz y José Carlos Álvarez. Escenografía: Tomás Ruata. Vestuario: Beatriz Fdez. Barahona. Iluminación: Bucho Cariñena. Dirección: Carlos Martín. Teatro Principal de Zaragoza. 20 de mayo de 2009.
Joaquín Melguizo
Publicado en Heraldo de Aragón, 22 de mayo de 2009