José Horna reúne veinticinco fotografías en su exposición ‘Bits of Jazz’
Del 15 de junio y hasta el 12 de julio se podrá visitar en el café Satistegi de Algorta la exposición «Bits of Jazz», compuesta por fotografías tomadas por José Horna durante las tres últimas ediciones del Festival de Jazz de Getxo y entre las que se pueden ver instantáneas de las actuaciones de John McLaughlin, Mikel Andueza, Manhattan Transfer, Paolo Fresu, Archie Shepp, Miroslav Vitous y Conrad Hertwig, entre otros.
Presentación de la exposición
En uno de sus relatos futuristas, el escritor norteamericano Philip K. Dick se preguntaba: “¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?”… Siguiendo esa línea simbólica de reflexión, cabría plantearse algunos interrogantes más cercanos: ¿Son diferentes las ideas, las percepciones o las elecciones de instantes de los fotógrafos por el hecho de utilizar cámaras digitales? ¿Pensamos en bits, Kbytes, Megas, histogramas… o pensamos –y sentimos- en imágenes? ¿Abrimos ventanas propias sobre la escena real o abrimos windows en una pantalla?
Los idiomas facilitan a veces dudosos juegos de palabras, pero resulta interesante la experiencia de pedir a un programa la traducción automática de “Bits of Jazz”: no hay referencia informática alguna, sólo “trozos, fragmentos, pedazos –cachitos, incluso- de Jazz”. A partir de ahí, desde mi punto de vista, pasa a un segundo plano la herramienta captora utilizada, en cuanto que el fin último no es un código binario ni una reacción fotoquímica, sino la expresión subjetiva de un fragmento/instante de luz, sombra… y música, en este caso.
Llevo 17 años fotografiando el Jazz en Getxo. Algunas de estas imágenes han sido recogidas en carteles, páginas de diversas revistas (fundamentalmente Cuadernos de Jazz y Jazz Hot) y unas cuantas galerías de Internet. Pero quizá sean las exposiciones –el viejo sistema de la copia en papel colgada en una pared- el medio donde encuentro más libertad a la hora de proponer mi particular visión de los momentos del Jazz y, a la vez, donde imagino un contacto más directo con el elemento que da un sentido completo a esas imágenes: las personas que las ven, miran, valoran, critican y –espero…- sienten.
¿Cuál puede ser, entonces, el sentido de las fotografías que componen “Bits of Jazz”? Creo que, entre otras cosas, me reafirman en mi convicción de que, con ellas, no hay riesgo de “soñar con ovejas eléctricas”… porque ni a un lado ni al otro de la cámara (sea ésta cual sea), ni a un lado ni al otro de las fotografías, hay “androides”. Sólo un intento de comunicación viva y directa. Como el Jazz…