La compañía aragonesa Embocadura presenta el estreno absoluto del espectáculo “El vientre del mar”, que se representará los días 17 y 18 de junio en el Teatro Arbolé de Zaragoza (a las 21 horas). Esta obra, que combina teatro textual y artes visuales para reflexionar sobre el momento actual en el que se encuentra la sociedad, está basado en la novela del célebre escritor italiano Alessandro Baricco, “Océano mar”. El espectáculo está dirigido por Luis Merchán e interpretado por Mariano Anós, y recoge la historia del naufragio de una fragata de la marina francesa y el intento de sus hombres de salvarse subiendo a una enorme balsa.
Es la historia de su naufragio pero podría ser la de cualquier naufragio, incluso el de nuestra sociedad actual. El texto, de intensa poesía, nace de la novela de Alessandro Baricco “Océano mar” (1993) y, más en concreto, de su libro segundo “El vientre del mar”. Este autor, éxito de ventas en todos sus libros ha conseguido cautivar también en toda Europa y en España a un gran número de público en las ocasiones en las que sus textos se han adaptado para el cine y teatro.
Para Embocadura afrontar este espectáculo supone el apoyo incondicional a uno de los creadores más sorprendentes del panorama escénico aragonés: Luis Merchán. Desde sus inicios en Ciudad Interior su trabajo se ha caracterizado por la búsqueda constante de nuevos lenguajes escénicos con la intención permanente de conmover al espectador.
Este proyecto aúna esta pasión y al mismo tiempo recoge la experiencia y la madurez de todas sus creaciones anteriores con la perspectiva de generar un producto que pueda competir en el mercado sin etiquetarse como recetas minoritarias o experimentales. Su dirección se verá apoyada por el valor y la experiencia de Mariano Anós como actor narrador de la historia.
Hace muchos años, en medio de algún océano, una fragata de la marina francesa naufragó. 147 hombres intentaron salvarse subiendo a una enorme balsa y confiándose al mar. Un horror que duró días y días. Un formidable escenario en el que se mostraron la peor de las crueldades y la más dulce de las piedades.
TEATRO TEXTUAL Y ARTES VISUALES
En general domina la alegría furiosa de contar historias a través de la palabra combinada con la experimentación de las nuevas tecnologías. Y es que el tratamiento de la imagen en el espectáculo (combinando imágenes pregrabadas con cámaras en directo) permite crear contextos espaciales que refuerzan la interpretación, incrementando la tensión dramática y contribuyendo al desarrollo de la historia.
Y sobre todo la presencia muda y al mismo tiempo inexorable del mar, gran vientre de la humanidad, que es el protagonista ancestral, invisible pero constante.
Una escenografía esencial, metáfora de la balsa del naufragio, para un espectáculo que se mueve, a un ritmo como de oleaje, entre el pasado y el presente, la narración y la acción. Sobre ella, un único actor interpreta sucesivamente a los dos personajes centrales del drama.
