Agerre Teatroa estrena ‘Doltza y el caballero de los leones’ en Mozambique
El pasado 4 de agosto la actriz, directora y dramaturga Maite Agirre, el actor Patxi Pérez, el actor y músico Kepa Fersán y el músico Jimi Olaizola, Agerre Teatro, viajaban a la capital de Mozambique, Maputo, a vivir la experiencia de crear y estrenar entre el 27 y el 30 de agosto en el Teatro Avenida de dicha ciudad la obra Doltza y el caballero de los leones.
Dulcinea y el caballero de los leones ha sido realizada junto a la compañía local Luarte, un proyecto cuyas raíces se remontan a 2004, año en que la compañía Agerre Teatroa participó en el Festival de Teatro de Maputo con ‘Puta vieja alcahueta Celestina’, en una versión muy especial en la que se integró el trabajo de actores mozambiqueños. Y si en aquella ocasión se acudió con un espectáculo ya ultimado, en esta ocasión tendrá lugar allí la primera representación, impregnada de olores, colores y sabores africanos, de este texto que el próximo mes de febrero se estrenará en la sala Niessen de Errenteria y que llevará por título Doltza. Dulcianea versus Teresa Panza, en el que los cuatro intérpretes vascos presentes en la representación de Maputo compartirán escenario con Erik Probanza, Inazio Tolosa, Iker de la Concha, John Bolduan y Abarchic Salem Mohamed.
Entre maderos, palos y troncos que forman el paisaje de la obra, encontramos a los miembros de Agerre Teatroa preparando la obra, aunque con las miras abiertas a lo que pueda surgir in-situ. “Estamos comenzando a profundizar en el texto, en las situaciones, de manera que cuando lleguemos allí tengamos una experiencia, si bien somos conscientes de que un texto y una experiencia son totalmente inherentes a la dinámica del grupo en cuestión, del equipo que la va a realizar. Por eso, sabemos que todo lo que estamos trabajando desde aquí, al cambiar las coordenadas, servirá de alguna manera para las representaciones de Maputo, y que será la dinámica de allí la que marque el camino”, sostiene la directora. De hecho, y aunque no dispondrán de más de veinte días, se muestran convencidos de que los van a exprimir completamente ya que estarán dedicados exclusivamente a la creación, sin la necesidad de compartirlo con las responsabilidades de la rutina. “Hace cinco años llegué preguntándome cómo sería trabajar con personas de un lugar tan lejano, y a los cinco minutos comprendí que era exactamente igual en todas partes. Olemos a sudor, este tiene más vergüenza que aquél, ese es supergeneroso… Básicamente, los actores tenemos los mismos miedos y las mismas inquietudes, sea en el lugar que sea”, cuenta la directora, quien asegura haberse preparado a conciencia para esta nueva experiencia en Mozambique, por lo que desde el proceso de escritura se empapó de literatura, de crónica, de situación del país, tratando de que el texto hiciera referencia a la realidad aunque pensando que los integrantes de Luarte le guiarán porque, según indica, es un grupo tremendamente activo: “Aparte de que adoran el teatro, tienen una concepción utilitaria del mismo. Tiene que ser algo que sirva a la gente. Esto, que para algunos puede ser un anatema desde el punto de vista artístico, no lo es. Para nada. Hay que encontrar los cruces. Los cruces son los puntos de encuentro entre diferentes caminos, y en este caso concreto, esa confluencia se da entre la necesidad creativa con la búsqueda de respuestas sobre temas como el sida o el hambre. Y a mí eso me encanta, porque de este modo el teatro sirve para algo, no sólo para una delectación intelectual o anímica, además de que te permite adquirir retos desde lo artístico, tratar de asombrar, hacer caer en pequeñas trampas para desencadenar reflexiones”.
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