La obra ‘G2, tocado y hundido’ escrita y dirigida por José Cruz se presentará a partir del 18 de septiembre en el teatro Karpas de Madrid. En ella, un joven chapero cubano busca en brazos de un fotógrafo forastero la posibilidad de reconciliarse con sus orígenes. En el Nueva York de los años 50, dos mujeres se enfrentan a los rescoldos de su pasión. En medio de todo esto, una incómoda cena entre el atormentado escritor Adán, su nueva conquista, Mateo y la cáustica pareja formada por Marta y Eva. Tres historias aparentemente independientes sobre el origen y el fin del amor y el deseo.
Esta es la historia que plantea la comedia dramática “G2, Tocado y Hundido”, protagonizada por John Ramírez (Adán), David Tortosa (Narciso/Mateo), Esperanza de la Vega (Eva/Laura) y Nahia Láiz (Marta/Maggie).
La obra fue concebida para ser representada en el marco del Festival Visible del año 2007. Su título hace referencia al juego de los barquitos, el “hundir la flota”, con el que dos de sus protagonistas, Adán y Eva, se entretenían en las aburridas clases de la Universidad. La coordenada G-2 hace referencia a las dos historias de “ficción” que abren y cierran el espectáculo. Historias escritas por Adán y cuyos personajes son gays (de ahí la G y el número). El texto incluye escenas de obras anteriores de José Cruz. “La sombra de Narciso”, escrita gracias a una beca de la Comunidad de Madrid, y “Lo que nunca ha muerto”, estrenada en 2001 en el Maratón de Teatro del Círculo de Bellas Artes.
“Planteada en otros términos, la reflexión se ha convertido en una especie de lugar común”, afirma Cruz. “Ante algo así, uno no puede hacer otra cosa que disimular la sorpresa y agradecer la honestidad aunque, al mismo tiempo, uno se lleva a casa la sensación de que hay todavía mucho por hacer y que el teatro, afortunadamente, es una herramienta de primera para mover conciencias”.
El escritor Alberto Mira define el teatro de José Cruz como “post-gay” ya que en sus historias la homosexualidad no es tanto un tema como una circunstancia completamente asumida y, posiblemente, secundaria. Los personajes en este caso son una pareja de chicos y una pareja de chicas que han dejado el armario muy lejos y viven sus emociones sin ningún tipo de cortapisa. Y quizá sea esa ausencia de cortapisa lo que ha conseguido atrapar al público.
