Tras las decisiones tomadas por las autoridades mexicanas respecto a las rebajas presupuestarias para las actividades culturales y teatrales, el dramaturgo Jaime Chabaud, director de la revista teatral Paso de Gato publicó la siguiente nota en el Diario Milenio:
“NO HAY CONSUELO”: CARSTENS
Durante un desayuno en la SOGEM, todavía con Rascón Banda al frente, algunos escritores cuestionamos a Jesús Ortega (entonces candidato a presidir el PRD) sobre la incapacidad de su partido de tener un proyecto de cultura a la altura del país. Le hablamos de que sólo la cultura y la educación podían modificar a México y de que el goce del arte, del teatro y de la lectura producía endorfinas que producían a su vez mejores ciudadanos, más concientes, más sensibles y más plenos emocionalmente. Creo que le entró por una oreja y le salió por la otra.
Ahora, el PAN, Felipe Calderón y Agustín Casterns, que al parecer no han podido durante sus vidas tener acceso a la experiencia artística, nos han hecho extrañar al PRI (nunca me creí capaz de decir semejante cosa). Con todo, el PRI tenía en su horizonte una agenda en el sector cultura y respetaba –y hasta temía- la opinión de los intelectuales. El PAN ha demostrado su permanente y reiterado desprecio por todo lo que huela a cultura a pesar de que sus industrias generen poco más del 6% del Producto Interno Bruto. Nunca ha habido una reciprocidad a la hora de plantear los presupuestos, nunca ha acatado México la recomendación de la UNESCO de invertir un mínimo de 1% del presupuesto para cultura y Calderón y Casterns quieren pasar a la historia por ser quienes aniquilaron a las pequeñas industrias culturales: revistas especializadas, editoriales, colectivos teatrales, musicales y dancísticos, pequeñas casas productores de cine, disqueras alternativas, etc.
Después de aprobada una ley del derecho de acceso a la cultura resulta profundamente paradójico que el paquete económico que plantea Casterns (además de los inmensos recortes de este año) plantee una reducción del 23.87 % general (a CONACULTA el 38%). El plan no menciona la inflación durante el 2009, lo que por lógica supone una reducción mayor. Es una pena que a Consuelo Sáizar, con una evidente voluntad de poner orden en CONACULTA, la aten de manos. Los dineros alcanzarán para mantener el aparato burocrático, nunca para la tarea sustantiva de las instituciones culturales. ¿No viola, pues, Casterns, la virginal ley de derecho de acceso a la cultura?
