Fátima Miranda galardonada con el Premio Internazionale Demetrio Stratos
El próximo 24 de Noviembre Fátima Miranda recibirá de manos del Presidente del Jurado, la Dra. Daniela Ronconi Demetriou con motivo del concierto el próximo 24 de noviembre en el Teatro Ariosto de Reggia Emilia (Italia) el IV Premio Internazionale Demetrio Stratos concedido «por su investigación y profundización en las técnicas relacionadas con el empleo de la voz y por su originalidad musical fuertemente comunicativa «.
Grandes figuras internacionales han recibido este premio en ediciones anteriores: en 2005 Diamanda Galas, en 2007 Meredith Monk y en 2008 Fred Frith, entre otros nombres.
PRÓXIMAS INTERVENCIONES
24 de Noviembre 2009
Diapasión
Concierto de Fátima Miranda
”REC Festival”
Teatro Ariosto
22:30h – Corso Cairoli 1 – REGGIO EMILIA (Italia)
26, 27 y 28 de Noviembre 2009
La Piel de la Voz
Ponencia y Coloquio con Fátima Miranda
“II Foro Internacional: Mujer, Teatro y Performance”
Fundación Tres Culturas-Centro Andaluz de Teatro
De 11:00 am a 14:00h y de 15:00 a 18h
Pabellón Hassam II. C/ Max Planck, 2. Isla de la Cartuja – SEVILLA (España)
15 de Diciembre 2009
Yo me las Compongo: ¿Vocalista o Boca Lista?
Encuentro – Seminario – Coloquio con Fátima Miranda
”Departamento de Pintura -El Hecho Sonoro”
Salón de Grados de la Facultad de Bellas Artes – Euskal Herriko Unibersitatea
De 9:00 am a 12:00 am – Campus de Leioa, Barrio de Sarriena s/n – BILBAO (España)
Entrada Libre / Free entrance
17 de Diciembre 2009
Diapasión
”Festival Klem – Kuraia 2009”
Teatro Conservatorio Juan Crisóstomo de Arriaga
20:00h – Plaza Ibarrekolanda 1 – BILBAO (España)
Entrada Libre / Free entrance
Fátima Miranda
Concierto-performance para voz sola
SOLO VOZ
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Dicen quienes la escuchan que su imaginación les hace viajar a Africa, a Japón, a India, al mar, a la selva, a un templo, a un mercado o a un estudio de música electroacústica, ¿por qué no? Todos tenemos de alguna forma una memoria inconsciente de las músicas y sonidos del pasado y de sensaciones asociadas, un almacén de todo lo que conocemos, pero de lo que no somos conscientes. Una escucha sutil ayuda a que sensaciones más o menos escondidas afloren.
Tras años de investigación y de estudio, Fátima Miranda ha desarrollado un repertorio totalmente personal e innovador. Su utilización de la voz sobrepasa los límites de lo posible. En su obra, la voz es tratada bajo todas las posibilidades de expresión cantada y hablada, utilizando técnicas orientales y occidentales o bien de su propia invención, algunas de ellas multifónicas y cubriendo un registro de cuatro octavas, sin valerse para ello de manipulación electrónica alguna. Su virtuosismo sin embargo no le lleva a hacer alarde de efectos fáciles o gratuitos.
Huyendo de cómodos estereotipos y tras un constante escudriñar en las más inverosímiles técnicas vocales, Fátima emplea la voz como instrumento de viento y de percusión y nos regala con insólitas acrobacias y fascinantes moldeos del aliento que van del más transparente y angelical hilo de voz al alarido más salvaje, difuminando las fronteras entre el canto, la poesía, el teatro, la composición, la improvisación, el gesto y la interpretación.
Sus conciertos-espectáculo recorren un abanico dramático que va de lo contemplativo, íntimo y sutil a lo irónico, divertido, infantil, sensual y algo loco, creando una variedad de atmósferas y generando un tipo de emociones que jamás dejan indiferente. Por otra parte, la escasa utilización de palabras inteligibles, acusa el carácter universal de una obra que ha sido entendida y alabada por críticos especializados, intelectuales, artistas plásticos, poetas, niños, cantantes de ópera y abuelitas…
Se trata de un concierto-performance en el que la música y la voz van acompañadas por un importantísimo y refinado componente gestual (a veces coreográfico), dramático (cargado en ocasiones de sentido del humor) y poético. Las obras que incluye este espectáculo se apoyan a su vez con luces, trajes y elementos escénicos mínimos, que alcanzan su máxima sofisticación en la proyección de un vídeo con cuatro enormes caras (de la propia Fátima mostrando cuatro caracteres diferentes) que cantan sincronizadas entre sí y en interacción con la Fátima que canta y baila en vivo.
Para las voces de Fátima Miranda, dice Llorenç Barber: «Cantar no es un mero consuelo, ni un lucimiento sino un merodear entre enigmas, un pensar sonando, que fronterizo, siempre nos vale la pena, pues nos ayuda a liberarnos de la insana pasión por lo conocido y seguro».
Gracias a esta riqueza y a la impresionante fuerza escénica de Fátima Miranda, el repertorio de sus conciertos puede adaptarse a contextos y espacios muy diversos (música, arte contemporáneo, teatro, performance, vídeo-arte, instalaciones sonoras, poesía sonora, Oriente-Occidente, cultura Mediterránea, músicas del mundo, música improvisada, canto a capella en iglesias, museos, galerías de arte, etc.) así como actualizado con sus obras más recientes.
F Á T I M A M I R A N D A
T R A Y E C T O R I A
Fátima Miranda nace en Salamanca y vive en Madrid. Tras finalizar sus estudios de Historia del Arte, se especializa en Arte Contemporáneo y publica dos libros sobre arquitectura y urbanismo. Su interés por las vanguardias le llevan a prestar atención especial a la performance-art, el vídeo-arte y la música minimalista, pero sobre todo a la relación arte-vida y artista-espectador. Guiada por ese hilo conductor y tras conocer al músico Llorenç Barber, encuentro que sería determinante para su evolución artística, fundó con aquél el grupo de improvisación Taller de Música Mundana. Cuando fue nombrada directora de la Fonoteca de la Universidad Complutense de Madrid (1982-1989) decidió simultanear ambas actividades con estudios de solfeo, saxofón alto y percusión. Muy pronto comenzó a descubrir en su voz un insospechado y precioso potencial que decidió explorar rigurosamente y hasta sus máximas consecuencias.
Desde 1983 viene realizando un trabajo de investigación en torno a la voz y a la música vocal de culturas tradicionales, que le ha llevado a emplear la voz no sólo como fuente sonora del canto y del habla, sino también como instrumento de viento y de percusión instalado en el propio cuerpo, y ello al servicio de la creación de todo un lenguaje musical propio.
En principio y a partir de un trabajo solitario, experimental y sistemático, desarrolló una serie de técnicas vocales únicas y personales, con las que confeccionó un catálogo para uso privado, ya que al ser éstas de invención propia y no contando con precedente alguno, precisaba clasificarlas y darles nombre, con el fin de fijar sus parámetros de timbre y registro y poder disponer de un código preciso a la hora de componer o de trabajar con otros compositores. Los primeros resultados de esta minuciosa tarea se vieron reflejados en Flatus Vocis Trio, grupo dedicado a la poesía fonética, y en su colaboración con el compositor francés Jean-Claude Eloy.
Entre 1983 y 1993 estudió bel canto con Esperanza Abad, Mª Dolores Ripollés, Jesús Aladrén y Evelyne Koch, con el fin de poder asociar unas y otras técnicas vocales, habitualmente consideradas incompatibles.
En 1987-1988 estudió en París técnicas vocales tradicionales con la japonesa Yumi Nara, gracias a una beca concedida por la Fundación Juan March.
En 1988 aprendió canto difónico mongol en el Museo del Hombre de París con Tran Quang Haï -consistente en la producción simultánea de dos emisiones vocales: la nota fundamental como bordón y la melodía producida por su serie de armónicos-. A partir de esta práctica descubre la importancia de la relación Escucha / Emisión de voz, aspecto en el que profundiza gracias también al Profesor Alfred Tomatis.
Desde 1988 hasta hoy, primero recibiendo cursillos en Francia y Holanda y más tarde a base de largas estancias en la India, tras haber obtenido en 1989 una beca del Ministerio de Asuntos Exteriores, estudia música y canto Dhrupad con diferentes miembros de la eminente familia Dagar. Esta tradición ha sido transmitida oralmente y con toda su pureza de padres a hijos desde el siglo XVII, durante diecinueve generaciones hasta hoy por dicha familia. Como consecuencia de todo ello su trabajo se enriqueció enormemente a partir del entrenamiento de la escucha sutil de microtonos y de armónicos y por tanto de la emisión vocal de los mismos, siempre en función de la composición y de la armonía.
Es importante reseñar que si bien la forma y estructura de las obras de Fátima Miranda no guardan una semejanza con las músicas de aquellas culturas, en esencia sí se relacionan, pero sólo en lo que se refiere al tratamiento microtonal, al enfoque de la dinámica y del ritmo y a las variadas y refinadas formas de cantar.
Desde una posición deliberada de ruptura se trataba de hacer compatibles lenguajes musicales, vocales, gestuales y dramáticos, aparentemente ajenos, pero que de hecho guardan una estrecha relación entre sí e incluso con el patrimonio musical español. Tanto el carácter microtonal y exigente sentido rítmico del flamenco, las albórbolas gallegas (aturuxos) y vascas (irrintxis), los yodels baleares, el silbo gomero, como los timbres guturales, oscuros, graves, roques, chillones o brillantes, que a la vez colorean y dan carácter a numerosas manifestaciones de esta rica herencia musical, están presentes en culturas musicales como la india, japonesa, mongola, árabe, coreana, china o africana. De alguna manera Fátima Miranda había logrado poner aquello en rica y desprejuiciada convivencia con el bel canto, y todo ello en diálogo con opciones estéticas de vanguardia. Así en 1991 esta trayectoria cristalizaría en la creación de su concierto para voz sola Las Voces de la Voz.
En 1996 recibe la beca DAAD, siendo invitada como artista en residencia en Berlín.
En 2009 recibe el “ Premio II Cura Castillejo a la Propuesta Musical mas desaforada” y el “IV Premio Intenazionale Demetrio Stratos
En las obras que incluyen Las Voces de la Voz, Concierto en Canto y ArteSonado, todos editados en C.D., al igual que en su último trabajo para voz sola Cantos Robados, editado en DVD, la voz es tratada bajo todas sus posibilidades de expresión cantada y hablada, empleando técnicas vocales occidentales, orientales, o bien de su propia invención, algunas de ellas multifónicas, con las que cubre un registro de cuatro octavas, sin valerse para ello de manipulación electrónica alguna. Ello unido al importante componente gestual, dramático y poético que acompaña sus actuationes, crea una variedad de ambientes y genera un tipo de emociones que hacen de éste un producto único que atrae la atención de un público de procedencia muy diversa.
La obra de Fátima Miranda, mas allá y además de un cultivado virtuosismo, procede de una lenta y consciente digestión de la vida misma: de sus viajes, de sus plurales estudios, de la equivocación, la contradicción, el juego, el hallazgo, la provocación, el sentido del humor y por supuesto de una exigente disciplina, pero superada y por tanto desprovista de rigidez, intención y exhibicionismo. La música y la voz de esta creadora, transgrede y trasciende por ser, sin querer ni poder evitarlo, lo que ella misma es.
Fátima Miranda ha colaborado entre otros con Llorenç Barber, Robert Ashley, Wolf Vostell, Jean-Claude Eloy, Julio Estrada, Bartolomé Ferrando, Pedro Elías, Stefano Scodanibbio, Bertl Mutter, Rachid Koraichi, John Rose, Hans Peter Kuhn, Stéphane Abboud, Markus Breuss, Werner Durand, Mirella Weingarten and Sacha Waltz.
Desde los años noventa su trabajo a solo ha circulado por escenarios y festivales de todo el mundo, tanto en circuitos de música contemporánea como de teatro, performance, videoarte y poesía fonética. (Véase Documento Conciertos y otros en www.fatima-miranda.com)