La compañía bilbaína Maskarada estrena el 11 de diciembre en el Teatro Barakaldo la obra ‘Souvenir. La peor cantante de la historia’ de Stephen Temperley, basada en la vida de Florence Foster Jenkins, con un reparto integrado por Eneritz Artetxe, Mitxel Santamarina y Gorka Mínguez. A punto de cumplir sus tres primeras décadas de existencia, Maskarada persevera en su línea de diversificación de géneros y formatos y se ha decantado en esta ocasión por llevar a los escenarios un espectáculo divertido que combina el trabajo actoral y la música y que ha obtenido un gran éxito en las producciones que le preceden en Estados Unidos y otros países a pesar de tratarse de una pieza que tiene como protagonista a Florence Foster Jenkins, una soprano que está considerada como ‘la peor cantante de la historia’, pero que hasta su muerte en 1944 llenaba auditorios en los que el público se divertía escuchando cómo la diva masacraba los temas que interpretaba.
La obra Souvenir. La peor cantante de la historia, de Stephen Temperley que se estrena en el Teatro Barakaldo es, según el director Carlos Panera, “el más popular de los tres textos teatrales que tienen como protagonista a la cantante Florence Foster Jenkins”, una mujer de gran entusiasmo que estaba convencida de sus cualidades, que heredó el dinero suficiente para financiar su carrera operística y que, a pesar de carecer de talento, fue inmune a las risas del público y a la crueldad de los críticos, porque ella atribuía los comentarios adversos a la envidia de sus rivales. La elección del texto de Temperley frente a los de Chris Ballance o de Peter Quilter que también giran en torno a la vida de Florence, está motivada además “porque trata a la cantante con un gran respeto y admite como concepto el ‘absurdo asumido’ al recuperar la idea de que la protagonista vive en su mundo convencida de que canta estupendamente y que las críticas que recibe se deben a las típicas rivalidades, pero sin hacer demasiada sangre del personaje”.
Más información en la Revista Artez: La diva que llenaba auditorios con sus desafinados recitales
