La compañía Aracaladanza estrena ‘Nubes’ en el teatro de La Abadía
La compañía Aracaladanza estrena hoy, 9 de diciembre, su nuevo espectáculo dirigido al público familiar ‘Nubes’ en el teatro La Abadía, donde permanecerá hasta el días 30 de este mismo mes. Se trata de una pieza en la estela de la que presentaron en el mismo marco a finales de 2006, ‘Pequeños paraísos’, la cual se inspiraba en el universo pictórico de El Bosco y más concretamente en ‘El jardín de las delicias’, en el sentido en que se vuelve a partir de la obra de un pintor: René Magritte. Con ello toma cuerpo la segunda entrega de lo que se ha planteado como una trilogía que culminará con un trabajo en torno a la obra de Joan Miró.
El director de la pieza, Enrique Cabrera, afirma que la obra de Aracaladanza siempre ha estado inspirada por el arte plástico: “Aquí se hace más patente, pero en todos mis trabajos hay constantes referencias a cuadros, colores, texturas o esculturas. Bien es verdad que, al ser interpretaciones muy libres, cuando llegan al espectador está totalmente distorsionadas. Y la trilogía nace cuando comienzo a ser consciente de ese vínculo con el arte plástico y me planteo un desafío a mí mismo, que es hacer una obra inspirada completamente en El jardín de las delicias”.
Cabrera advierte que si el espectador ve ‘Nubes’ buscando a Magritte, quizá no lo encuentre: “Mi intención no es representar a Magritte en el escenario, como tampoco lo fue con El Bosco. Sería demasiado pretencioso e, incluso, aburrido. He preferido empaparme de ellos, que el espectador se encuentre con un mundo de sensaciones, de olores, de texturas, de colores… es lo que he intentado trasladar al escenario”. Por ello explica que el título es ‘Nubes’ por la constante referencia al cielo en la obra del pintor belga, si bien, en el espectáculo hay una única referencia al elemento nube. Otro ejemplo: por la propia característica de los cuadros en los que se inspira, y por ser marca de fábrica, este nuevo espectáculo de Aracaladanza cuenta con un destacado trabajo sobre los objetos, y aparecen las manzanas, aparecen los paraguas, e incluso aparece el bombín, pero no está el personaje que lo porta, el hombre misterioso. Con todo, sí reconoce que tanto él como el resto del equipo de Aracaladanza se ha impregnado del surrealismo que transmite la obra del pintor belga y que eso habrá de reflejarse en el escenario: “Con el correr del tiempo uno se da cuenta de que lo que viene haciendo tiene tintes surrealistas, que es hacia donde te termina llevando el contar ideas, o fantasías sobre ideas. En el caso de Magritte, lo que he hecho es quedarme con la esencia que para mí, tiene su obra –puesto que si me viera Magritte lo mismo me dice a ver si estoy loco–, y que es centrarme en esa característica de sus cuadros donde parece que todo está suspendido en el espacio”.
Sobre el escenario, las intérpretes comparten espacio con objetos cotidianos que o bien aparecen en los cuadros del artista belga o bien pueden recordarnos su universo. Lo harán de tal manera que su manipulación permita contemplar elementos que tienen vida propia. Puertas, mesas… son algunos de los elementos con los que los bailarines han de jugar en escena, y por ello, sostiene Cabrera, hay en esta obra un riesgo en cuanto a su utilización, al ser estos de un tamaño mucho más grande a lo acostumbrado en la compañía, con lo que eso conlleva en cuanto al movimiento. Por ello, Cabrera ha tratado de aliviar ese peso con la música de Mariano Lozano, que ha utilizado como base los instrumentos de cuerda, o las proyecciones audiovisuales, así como distintas técnicas teatrales y de manipulación.
Más información en la revista ARTEZ: Mundos en suspensión que se inspiran en Magritte