Premis Abril: «Teatres de la Generalitat está dinamitando el sector de las artes escénicas valencianas»
Mediante un comunicado, los profesionales del teatro valenciano quieren mostrar su «estupor e indignación» ante las decisiones tomadas en el Consejo Rector de Teatres de la Generalitat del pasado 28 de diciembre. Según l’Associació Cultural Premis Abril, la liquidación del Circuit Teatral Valencià, los recortes en las subvenciones y el goteo de cierre de salas colocan al sector en la UVI y con escasas opciones de reanimación. El panorama que ha traído 2010 al teatro valenciano es desolador. Así lo quiere trasmitir l’Associació Cultural Premis Abril, que este año prepara ya la cuarta edición del certamen, que premia los mejores estrenos de teatro y danza a través del voto de los profesionales del sector.
Un sector que no para de recibir malas noticias a causa del recorte presupuestario que ha sufrido Teatres de la Generalitat: las ayudas a las compañías menguarán en un 40% en 2010, los 63 municipios del Circuit Teatral Valencià dejarán de percibir subvenciones directas del 50% y tendrán que compartir menos dinero con más municipios. Además, las salas de teatro van cerrando una tras otra. El sector asegura que estas medidas restrictivas supondrán en la práctica la liquidación del Circuit y la desaparición de muchas compañías, noticias nefastas que se pretende revertir.
Consecuencias devastadoras
Las devastadoras consecuencias de esta cascada de restricciones ya son visibles: los ayuntamientos han paralizado contrataciones pendientes y han cancelado otras ya comprometidas por falta de fondos; el nivel de contratación de las compañías valencianas se ha reducido un 40%; los ingresos por subvenciones bajan y las salas privadas reducirán sus programaciones; y el volumen de contratación de actores por parte de teatros y compañías decrecerá proporcionalmente.
La situación es aún más grave si tenemos en cuenta la actitud de Teatres: su directora, Inmaculada Gil Lázaro, menosprecia a los profesionales al negarse a consensuar cualquier tipo de medida con ellos. Lejos de fomentar la participación y la unión a través de la pluralidad y el consenso, la directora ejerce la mano dura en los momentos de mayor dificultad económica. Desde luego, no son éstas actitudes que se presuponen en el ejercicio de la función pública. Teatres de la Generalitat se ha convertido en el principal elemento desestabilizador del sector.
Con su política de tierra quemada, la directora de Teatres está dinamitando la estructura de desarrollo de las artes escénicas valencianas y ha hecho saltar por los aires la reciente historia del teatro valenciano: se han desvirtuado los Premis de les Arts Escèniques, se han reducido al mínimo los espacios públicos de exhibición en la ciudad de Valencia, las subvenciones a las compañías han bajado un 40% y las salas privadas de la ciudad tendrán que concurrir a una orden pública que no se resolverá antes de julio.
La puntilla llegaba el pasado 28 de diciembre, con la liquidación del Circuit Teatral Valencià, la red valenciana de exhibición más antigua y estable del Estado español hasta el momento.
Ni una sola propuesta positiva
Los profesionales del teatro valenciano también lamentan que desde Teatres no haya llegado ni una sola propuesta positiva para apoyar al sector y hacer frente a la desfavorable situación económica. Justo lo opuesto a las medidas que ha tomado el Gobierno de la Generalitat de Catalunya, que ha decidido poner en marcha un plan de choque para “favorecer el incremento de las actividades culturales en los municipios de Cataluña”. En aquella comunidad, las ayudas crecen un 13% y se sitúan en un montante global de 5,2 millones de euros. En la Comunitat Valenciana, el presupuesto se ha reducido del millón de euros dedicado a subvenciones por Teatres en 2009 a los 800.000 € de 2010. O el caso de Euskadi, que llamó a sentarse al sector profesional para crear un “Plan Renove” de las Artes Escénicas vascas, fomentando la contratación de compañías profesionales del País Vasco, incentivando a los ayuntamientos de la autonomía y paliando la bajada de facturación que empezaba a sufrir el sector empresarial. Medidas de gobiernos autónomos que se ven con envidia y tristeza desde nuestra comunidad.