La ‘Patria Boba’
Existen episodios históricos no explicados con holgada sinceridad, cuya distancia en el tiempo no ha conseguido matar la curiosidad, porque los malos recuerdos generados por éstos se mantienen vigentes en las nefastas consecuencias producidas por la entronización de la falsa historia, calificada con el pomposo nombre de oficial, y la condena al ostracismo de la verdadera, cuyo alimento fundamental es el rumor, porque es la que cuentan y difunden los desheredados de la opinión, como desquite.
Estos episodios históricos son incómodos para el futuro, porque la falta de claridad sobre los mismos les impide a las sociedades comprender que su desgracias y problemas no son obra del presente, sino la consecuencia de un pasado cuyo vínculo con el correr de los tiempos posteriores se va generando a través del hilo conductor de la desinformación, la ignorancia y el impedimento de cualquier revisión histórica, porque los custodios de la oficial le salen al paso a cualquier crítica, y cuando este procedimiento resulta inocuo, salen a relucir los mecanismos coercitivos para evitar la oficialización de la crítica y la subversión del orden.
Uno de los más famosos episodios de la historia de Santa Gracia, que podemos incluir en la larga lista de los no explicados con verdad, y al cual, lógicamente, a muy poco razonamiento se le ha sometido, debido a la propensión de sus historiadores de convertir todos sus momentos en anécdotas, para hacerla más entretenida, es el conmiserativamente calificado de ¡patria boba”, y con el cual, según estiman importantes investigadores de la historia oculta de este lugar del mundo, quisieron encubrir la picardía, la audacia y la concupiscencia de los primeros dirigentes que tuvo cuando empezó el proceso de independencia contra España.
Si no hubiese sido por una coincidencia, que nos llevó a descubrir testimonios escritos, olvidados adrede por su oposición a la historia oficial, no tendríamos razones para desconfiar de la buena fe de estos primeros dirigentes de Santa Gracia, la sede de uno de los virreinatos más importantes que tuvo España en América, cuando dizque por un acto de generosidad se opusieron, durante casi seis años, a declararle la guerra a ésta, contrariando de esa manera la lógica de cualquier proceso de independencia, cual es recalcarle el despido a quien, debiendo marcharse, se resiste a hacerlo.
Ese momento histórico, que podríamos definir como un hecho casual, llevó a los nobles criollos de Santa Gracia a pensar en la posibilidad de convertirse en precursores de una independencia, en la que nunca habían pensado en serio, porque sólo ambicionaban que se les reconocieran sus luces intelectuales, y se les llamara a formar parte de las cortes (no querían otra cosa), y fue posible, debido a la debilidad transitoria en la que entró España como consecuencia de la invasión de Napoleón, de su territorio.
El manuscrito, al cual hemos hecho una ligera referencia, y el que por su agudeza quisiéramos compartir en su totalidad con los lectores, que sin lugar a dudas también disfrutan con las curiosidades que enseñan las historias ocultas de los pueblos, fue hallado en el fondo de un baúl, al lado de un gran surtido de avíos de sastrería, y contiene una serie de detalles de la vida cotidiana de aquél momento histórico, que nos dan una idea de la intención de quien lo escribió, de dejar algunas luces encendidas, para evitar la oscuridad perpetua de este momento histórico, y facilitar su ingreso a los interesados en aclarar las razones que llevó a algunos a calificarlo de “Patria Boba”.
El documento que compartiremos con ustedes, parcial o totalmente (todo depende de su pedido), lleva por título: Por Fin Llegó la Guerra. Nos abstenemos de mencionar el nombre de su autor, para evitarles problemas a sus descendientes, pues en Santa Gracia las venganzas son eternas.