La Zaranda llegará al Teatro Cuyás por vez primera con su próxima obra ‘Nadie lo quiere creer; la patria de los espectros’
Febrero de 2011 llegará con uno de esos hitos que hay que subrayar en los calendarios. Por primera vez, durante estos primeros diez años de andadura, ‘La Zaranda’ llega al Teatro Cuyás de Las Palmas de Gran Canaria para ofrecer un espectáculo que, además, se estrenará pocos meses antes de recalar en la calle Viera y Clavijo. ‘Nadie lo quiere creer; la patria de los espectros’ –cuyo estreno está previsto para este mes de octubre– se pondrá en escena los días 18 y 19 de febrero en dos únicas funciones.
Una cita ineludible para todos aquellos aficionados al buen teatro que llega de la mano de un grupo incansable de teatreros que llevan más de 30 años con los bártulos a cuesta. La acogida del público está cumpliendo con las expectativas creadas y ya se han ocupado más del 15% de las localidades cuando aún faltan muchos meses para que se alce el telón.
Las mezquindades humanas que se arremolinan en torno a la muerte son el argumento de esta obra escrita por Eusebio Calonge que, como viene siendo habitual en la ‘Compañía Inestable de la Andalucía Baja’ cuenta con la dirección de Paco de la Zaranda. La vieja dueña de una saga familiar se muere. En torno al lecho se arremolinan parientes “de las más perdidas ramas del árbol genealógico” al calor de una herencia que hace despertar “los más bajos intereses”. El tedio de la espera y las esperanza de pescar entre los suculentos arcones de “la dueña” se extienden entre la familia como una gangrena cercenando espíritus y voluntades.
Según el director de escena, la obra retrata “mediante la metáfora de la enfermedad de la dueña de una gran casona la descomposición de una sociedad que, como todo lo que se basa en lo material, acaba por desaparecer”. Eusebio Calonge destaca que los montajes de La Zaranda se caracterizan por “provocar una identificación en el espectador a través de obras que tienen gran multiplicidad de lecturas”. El uso de metáforas es una constante que, en el caso de ‘Nadie puede creerlo’ incide en la descomposición de los valores a “través de la descomposición del cuerpo de una persona aquejada de gangrena”. “La Zaranda no deja a nadie indiferente y los que acudan al Cuyás podrán disfrutar de una compañía que gusta de hacer teatro insólito”.
Teatro de la verdad
Aseguran que el origen del teatro La Zaranda se remonta a “un periodo de trance” que se produjo en la década de los setenta. Los integrantes de este mito de la escena española se encontraron después de una ya dilatada trayectoria individual por escenarios de toda ralea hasta que confluyeron en lo que iba a convertirse en uno de los nombres clave para entender la evolución del teatro español en las últimas décadas. Desde el principio se plantearon un objetivo ambicioso. “Se partía de unas premisas para hacer camino: querer conducir a la obra teatral hasta ese punto de tensión en que drama y vida confluyen, negar toda concesión al teatro muerto con todos sus academicismos evidentes, al teatro de las falsas vanguardias, con patente de modernidad aplicadas al decorativismo más banal y la esclerosis, que no conduce más que al bostezo. Ir más allá de las formas adquiridas, no cesar en la búsqueda, renunciar a los logros que puedan establecer lo rutinario, afianzar un estilo en permanente transición… ¡importa la acción de crear! No fabricar conservas artísticas que se abran en cada representación. Hay que mantener la tensión, jugársela en cada situación, desarrollar cada realidad escénica en su devenir vivo”.
Y en esas andan “buscando la realidad que no sucede, la verdad que adormece en el corazón de los hombres, como declaramos en nuestros principios y fieles a ellos, nuestros trabajos surgen de la ansiedad de expresar lo que somos de acuerdo con la confidencia poética de nuestros sentimientos”.