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Iker Ortiz de Zarate presenta la última obra de Oscar Wilde

La Sala Gótica de la Casa del Cordón de Vitoria-Gasteiz, sede de la Fundación Mejora de Caja Vital Kutxa situada en la calle Cuchillería 24, acoge la puesta en escena de la obra De Profundis la última obra de Oscar Wilde, dirigida e interpretada por el vitoriano Iker Ortiz de Zarate. La obra se representa del 14 al 18 y del 21 al 25 de septiembre, a las 20.00.

De Profundis es una carta escrita por Oscar Wilde desde la cárcel de Reading a su amante Alfred Douglas y que fue descubierta para el público en 1960, más de medio siglo después de que muriera la última de las personas que en dicho escrito se mencionan. En la epístola Wilde expone su lúcida, poética y herida visión de la vida.

La pieza, que será puesta en escena el gasteiztarra Iker Ortiz de Zarate, fundador del Laboratorio de Arte Dramático Ortzai y de la Compañía Vasca de Teatro Danza se representará en la Sala Gótica de la Casa del Cordón, un espacio especial y adecuado por su pequeño aforo para trasladar la soledad y el aislamiento de la celda. De Profundis se podrá ver del 14 al 18 y del 21 al 25 de septiembre y cada función podrá ser vista por un máximo de 40 personas.

Iker Ortiz de Zarate ha encontrado en la Sala Gótica de la Casa del Cordón “un enclave especial e íntimo capaz de transportar al reducido auditorio asistente a la celda misma de Oscar Wilde, a su soledad y aislamiento”. Una visita casual a la sala reveló al actor la idoneidad inspiradora de ese espacio para dar voz y cuerpo al monólogo de Wilde, un proyecto que deseaba llevar a escena al llegar a la edad aproximada que tenía Wilde cuando lo escribió.

Según Ortiz de Zarate, De Profundis es el texto más sincero y desnudo de artificios de cuantos componen la carrera literaria del escritor británico, en el que expone “su poética y herida” visión de la vida con sus aspiraciones, ilusiones y condicionantes, repasando su propia existencia y trayectoria artística. De Profundis no es un autorretrato complaciente. Oscar Wilde no busca en él una justificación a sus conductas, sino, en sus propias palabras, el entendimiento de las mismas.

 

 

 


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