La bailarina zumaiarra Lucía Lacarra fue nombrada el 26 de septiembre ‘Bailarina de la década’ en un acto que se desarrolló en el Palacio del Kremlin en Moscú donde tuvo lugar la Gala de Estrellas del Siglo XXI. En esa velada Lacarra, bailarina Principal del Ballet de la Ópera de Munich interpretó las obras ‘La Prisionera’ y ‘Thais’, ambas coreografías de Roland Petit.
El nombramiento de Lucía Lacarra como ‘Bailarina de la década’, por lo que recibió un trofeo acreditativo y un abrigo de piel, puso el colofón a una velada en la que la interpretó las piezas ‘La Prisionera’ y ‘Thais’, en las que tuvo como partenaire a Marlon Dino, Bailarín Principal del Ballet de la Ópera de Munich. La actuación contó con la dirección artística de Nadia Veselova-Tencer.
El reconocimiento se suma a un extenso listado de premios que ha recibido Lacarra a lo largo de su carrera, entre los que se incluyen el Premio Nijinsky en 2020 a la ‘Mejor Bailarina de Mundo’, nominada por el Monaco Dance Forum y al que ya estuvo propuesta en 2000 o el Premio ‘Benois de la Danse’, en 2003, por su actuación en el rol de Tatiana, en el ballet ‘Onegin’ de Cranko. Este mismo año ha recibido también el Gran Premio ‘Dance Open’ en San Petersburgo, en 2010 de manos de Natalia Makarova.
Lacarra ha decladaro respecto a su más reciente reconocimiento que “además de mi trabajo como Bailarina Principal en diferentes compañías y teatros, en 1995, empecé a participar en Galas Internacionales de Ballet. Desde entonces y durante todos estos años, he tenido la inmensa suerte de haber bailado como Estrella Invitada en los escenarios del mundo más maravillosos. Y hoy, haber recibido este Premio a la ‘Bailarina de la Década’, en el escenario del Kremlin de Moscú y delante de 6000 personas ha sido muy emocionante, ya que es un enorme reconocimiento al trabajo de todos estos años. Sobre todo, lo que me hace más feliz es percibir que esas pequeñas o grandes emociones que he intentando transmitir al público mediante mis actuaciones de esta década les han llegado y quedado en la memoria de los espectadores. No creo que exista mayor satisfacción para un artista que el hecho de ser recordado e identificado de una forma única o especial”.
