Claudio Tolcachir regresa al Teatro Arriaga para presentar ‘Todos eran mis hijos’ de Arthur Miller
El escenario del Teatro Arriaga acogerá desde mañana, día 11 de noviembre y hasta el día 13 de noviembre a las 8 de la tarde la obra teatral “Todos eran mis hijos”. Este texto, escrito en 1947 por el dramaturgo y escritor estadounidense Arthur Miller, vuelve a escena con versión y dirección del conocido director argentino Claudio Tolcachir. Para escenificar esta obra que denuncia las prácticas de las empresas armamentísticas, Tolcachir ha reunido a un destacado reparto. Carlos Hipólito, Gloria Muñoz, Fran Perea, Manuela Velasco y Jorge Bosch interpretan los personajes principales de un reparto que incluye también a Alberto Castrillo-Ferrer, Ainhoa Santamaría, Nicolás Vega y María Isasi. CLAUDIO TOLCACHIR, dramaturgo y director que el pasado mes de noviembre nos sorprendió en el Teatro Arriaga con su aclamado montaje de “La omisión de la familia Coleman” es el autor de la versión y el responsable de la puesta en escena. Un reparto de primera fila con nombres como Carlos Hipólito, Gloria Muñoz, Fran Perea, Manuela Velasco o Jorge Bosch garantizan una intensa velada del mejor teatro.
Actor, director, dramaturgo y docente y uno de los nombres más destacados del teatro independiente argentino, Claudio Tolcachir hizo su primera incursión en el campo de la dramaturgía con la multi-premiada “La Omisión de la Familia Coleman”. A sus 33 años, “Tercer Cuerpo” es su segunda creación como autor y director, que llega tras una prolífica carrera como actor de teatro, cine y televisión.
LA VISIÓN DEL DIRECTOR
Claudio Tolcachir: “Todos eran mis hijos es una obra que despliega en su asombrosa trama una actualidad abrumadora. Es una de esas maravillas de Miller que nos hacen volver a cuestionar los valores más básicos de una sociedad que parece haberlos olvidado hace mucho. Y si bien la época en que transcurre nos remite al pasado, el debate moral al que nos somete nos coloca irremediablemente en el presente. Así y todo, es en los vínculos de los personajes, en sus secretos, en sus omisiones, donde se ubica el núcleo de la obra. Y esta posibilidad de investigar en las relaciones humanas fue la razón por la que elegí dirigir esta obra, con la hermosa sensación de estar volviendo a casa».
EL AUTOR, ARTHUR MILLER
Arthur Miller estrenó en 1947, reciente todavía el final de la Segunda Guerra Mundial, “Todos eran mis hijos”, obra en la que se denuncia el cinismo de las empresas armamentísticas, tema del que no puede decirse que hoy día resulte anticuado. Estuvo casi un año entero en cartel, siendo el primer gran éxito de su autor, y recibió el Premio del Círculo de Críticos de Teatro de Nueva York. En este drama de una familia, que es a la vez víctima y culpable de la muerte de unos soldados americanos, resultan patentes lo que serían elementos característicos de toda su obra: la crítica social y la denuncia de los valores conservadores que comenzaban a regir en Estados Unidos.
Ya desde sus primeros títulos Arthur Miller deja entrever lo que sería el elemento fundamental de toda su obra: la crítica social, que denuncia los valores conservadores que comenzaban a asentarse en la sociedad de Estados Unidos. Su consagración definitiva se produce en 1949, con “La muerte de un viajante”, en la que denuncia el carácter ilusorio del sueño americano.
