Hunddag
Antes de comenzar la semana, al revisar el horario de ensayos y su contenido me encontré con esta palabra «hunddag», correspondía a la casilla del jueves. No había nada mas escrito, solo «hunddag». Mi sueco no es brillante, pero si suficiente para descifrar su sentido: hund significa perro y dag es día, con lo cual el jueves tocaba «dia del perro», una vez descartado el término «día de perros», ya que era algo que no me encajaba de ninguna manera.
El martes había comenzado con improvisaciones sin texto, basadas en las situaciones que plantean las primeras escenas. Trabajo físico, de composición, en el escenario y juego para ir acercándonos poco a poco al material.
El miércoles resultó mas intelectual, comenzamos con un»ejercicio» curioso. Las cuatro esquinas de la sala de ensayos representaban otras tantas clases sociales (desde proletarios a clase alta). Cada uno se colocaba en la esquina de donde creía proceder. Despues se cuestionaba a alguno de nosotros sobre el porqué de dicha elección. Para mi sorpresa hubo reacciones encontradas y alguno de los compañeros se sintió incómodo y provocado. Mas tarde vino un psicólogo social de la universidad de Rosklide (Dinamarca), amigo personal de Suzanne para hablarnos de los cambios drásticos que ha sufrido la sociedad en estos últimos veinte años y que, generalmente, nos negamos a aceptar, creyendo que las cosas son como «siempre» han sido. Muy interesante y, sin duda, ayudará a dar forma al espectáculo.
Llegó el jueves, y yo con la mosca detrás de la oreja, sin rascármela todavía. El día del perro resultó ser un día muy físico. Continuamos el trabajo de disco-dans y, a partir de un momento, se nos planteó el juego de ser un perro, pero no agachado a cuatro patas, sino un perro de pie. O sentado. Se nos pidió relacionarnos con los compañeros. Jugar al perro y el educador (lo cual está directamente relacionado con el tema central del espectáculo). Este sencillo ejercicio permite liberar todo el peso mental que suele mantenernos atados a las convenciones. Cuesta un poco mirar a tu compañero con la lengua fuera, pero con paciencia y dejando los prejuicios fuera se consigue jugar de verdad. Esto unido a algunos ejercicios más de disco-dans y a otros más cercanos a la danza contemporánea van dejando en nuestro cuerpo un rastro físico que seguramente será usado en la puesta en escena, además de unas considerables agujetas.
El viernes fue otra intensa sesión física, culminada con otra sesión de percusión que nos dejó finos para la sesión del sábado, más corta y dedicada exclusivamente al trabajo de máscaras, contando son la presencia y ayuda de dos reputados actores que han trabajado habitualmente con Unga Klara y que nos mostraron su experiencia en el uso de la máscara.
Poco a poco, entre la maleza de un idioma que cada vez se muestra mas dócil, voy atisbando las razones de estas tres semanas de workshops y, lo que es mas importante, empiezo a entender el porqué del especial trabajo que ha hecho de los espectáculos de Suzanne algo único. Su modo de acercarse al universo de los niños es realmente sorprendente. No quiere que hagamos de niños, ni que imitemos el comportamiento mimando sus gestos. Lo que quiere es que conectemos directamente con el niño que hemos sido. Esto lo logra a través de los ejercicios arriba descritos, además de recurrir a algunas de las técnicas que se usan habitualemente en la práctica psicoanalítica, pero que, para alegría de todos los presentes, estan deprovistas de cualquier matiz terapéutico o, en el peor de los casos, manipulador de emociones y personas. Algo de lo que he sido testigo en algunos cursos y técnicas muy habituales y conocidas por casi todos. No me extiendo mas.
Hunddag ha quedado grabado en mi memoria con una sonrisa cercana al ladrido. Guau!