Críticas de espectáculos

‘Suite ‘/Carles Batlle/Producciones Off Madrid

Recuerdos, deseos y realidad

 

Obra: Suite Autor: Carles Batlle. Compañía: Producciones Off Madrid. Escenografía: Mar Ortiz. Iluminación: Alonso Torrego. Vestuario: Gracia Jarné. Espacio sonoro: Lluis Sampere. Dirección: Luis Maluenda. Teatro del Mercado. 21 de enero de 2011.

Producciones Off Madrid presenta en el Teatro del Mercado, ‘Suite’, obra con la que Carles Batllé obtuvo el Premio SGAE en su edición de 1999.El autor barcelonés suele plantear historias que se mueven entre paisajes de ambigüedad y cierto hermetismo, en las que no hay respuestas, teatro de preguntas y no de respuestas, de dudas y misterios y no de evidencias y claridades.

Un matrimonio cumple treinta y un desde que se conocieron. Ella recuerda y lee. Él tal vez la escucha mientras construye su casa de muñecas. Algún intercambio de frases de vez en cuando, cargado de desgana y de hastío. Pol, su yerno, llega para decirles que Berta, su hija, le ha abandonado. La engaña y ella se ha marchado. Trae un misterioso cuadro que hace referencia al pasado. Dos mujeres, dos generaciones distintas y dos diferentes respuestas. La madre, se sumerge en la lectura, en la fantasía, en recordar un pasado que tal vez no fueron como ella lo imagina. La hija decide marcharse, decidir sobre su propia vida.

Desde este planteamiento argumental, ‘Suite’ nos propone un juego de espacios y tiempos hábilmente trenzados en una estructura dramática bien construida pero que arrastra un problema que desequilibra y lastra el conjunto. La historia. Lo que se nos cuenta no está a la altura de la estructura en la que se intenta encajar. Nos dice bien poco y termina diluyéndose sin que veamos grandes personajes y prácticamente nada que nos emocione y nos sorprenda. Un texto, en suma, que termina resultando literario y discursivo, y en el que suceden muy pocas cosas. La puesta en escena que realiza Luis Maluenda hace un interesante uso del espacio. Los diferentes espacios de ficción y temporales están presentes de forma simultánea, y él juega a romperlos, a pasar de unos a otros con evidente sentido de la teatralidad y destacables aciertos. Pero ese bien hacer no puede con la reiteración que plantea el texto, con ese dar vueltas sobre lo mismo sin que haya avances y sin que la historia nos lleve a ningún lado.

En cuanto al trabajo interpretativo, notable el que realizan Pepa Sarsa (su personaje es sin duda el de más entidad y el que deja más espacio para el lucimiento) y Abel Vitón (su personaje habla mucho con los silencios) y los jóvenes Jorge del Río y Clara Macías están sobradamente a la altura.

Joaquín Melguizo
Publicado en Heraldo de Aragón 23 de enero de 2011


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