La cooperación entre empresas e instituciones, imprescindible para el futuro de la Cultura
El pasado sábado 22 de enero de 2011 GECA, la Asociación de Gestores Culturales de Andalucía, celebró su V Jornada de la Profesión, un encuentro en el que casi un centenar de profesionales volvieron a cubrir el aforo previsto para debatir en torno a un tema de total vigencia. Este año este tema fue la búsqueda de nuevas estrategias en las gestión cultural a partir de la cooperación, un asunto vital para encontrar soluciones a la bajada general de recursos en el sector.
Como cabía esperar, tanto los cuatro expertos ponentes como el resto de asistentes, muchos de los cuales intervinieron a lo largo de la mañana, incidieron en la importancia de que las empresas e instituciones culturales cooperen unas con otras y entre sí, mencionando también al llamado «tercer sector», que reúne a las asociaciones sin ánimo de lucro, ONG’s, etc.
Así lo manifestó, de forma muy entusiasta, Álvaro Romero de la empresa Faccendo, quien definió que la cooperación ha de ser una actitud dentro del «ADN empresarial», no motivado solamente por la necesidad o por la oportunidad, sino algo inherente a los emprendedores que, además, «ha de ser un proceso rentable». El otro representante del sector privado, Juan Antonio Jara de la empresa Diávolo, expuso, en esta misma línea, que «los gestores culturales estamos acostumbrados a cooperar, ya que cada vez que acometemos un proyecto sabemos que vamos a tener que interactuar con el entorno». Ambos se refirieron a actitudes y aptitudes análogas al nuevo paradigma de la comunicación 2.0: compartir, ser generosos, ceder, colaborar, buscar valor añadido, etc.
Por el lado de la administración pública, Mª Araceli Pérez Jurado, desde la Delegación Provincial de Cultura de Cádiz de la Consejería de Cultura, comentó que hasta ahora han cooperado con otras administraciones, fundamentalmente ayuntamientos, «asumiendo como propios los proyectos de otros», mientras que «con el sector privado lo único que nos ha unido son las líneas de subvenciones». Según Pérez Jurado, esta relación empieza a cambiar, mediante colaboraciones de todo tipo y que van más allá de lo económico, como la cesión de espacios, «ya que al menos en 2011 no vamos a tener capacidad económica para apoyar ningún proyecto cultural».
Recortes, precariedad y críticas
Esta afirmación, asimilada entre la resignación y la sorpresa en los asistentes, no fue la única manifestación contundente de la jornada. En este mismo sentido, pero con mucha mayor profundidad y mordacidad, habló Javier Palacios, Jefe de la Cooperación de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. Haciendo un ejercicio de autocrítica, incidió en algunos planes de cooperación entre instituciones cuyos resultados considera discutibles, como aquellos que han unido a distintas instituciones para crear numerosas infraestructuras culturales, como la red de teatros, que más tarde quedan vacíos de contenidos por falta de presupuesto. También acusó la falta de innovación en la Junta, o el hecho de que «normalmente vamos por detrás y cuando intentamos ponernos a la altura de otras iniciativas como la privada, en ocasiones reaccionamos con proyectos desproporcionados que no se ajustan a la realidad». Precisamente, la ausencia de la externalización de servicios y de interés por cooperar con la iniciativa privada es otra de las carencias que ha experimentado la Junta, según Palacios. Aunque seguramente, la afirmación más controvertida la realizó al manifestar que «la situación de los presupuestos de Cultura en la Junta para 2011 hace imposible no solo llevar a cabo el Plan Estratégica de la Cultura de Andalucía, sino cualquier otra acción de cooperación cultural entre entidades públicas y privadas».
Durante el periodo de intervención por parte de los asistentes, en su mayor parte gestores culturales en activo y muy representativos del tejido sectorial andaluz, estas fueron las dos líneas principales de argumentación: la crítica y autocrítica por no haber incidido más en proyectos y procesos de cooperación y la necesidad de revertir el proceso. Se abre por tanto una nueva fase en la cultura, en la que se trabajará en paralelo en la lucha por evitar los continuos recortes y en fomentar el máximo diálogo posible entre todos los profesionales. En ese sentido, una de las conclusiones de la jornada fue que probablemente el sector público es el que más tiene que acelerar el proceso para favorecer lo más posible una cooperación con la que rentabilizar y hacer más eficaces los recursos disponibles.
Asociación de Gestores Culturales de Andalucía (GECA)