‘Por los ojos de Raquel Meller’/Teatro Tribueñe
La poética de una mirada
Obra: Por los ojos de Raquel Meller Autor: Hugo Pérez. Compañía: Teatro Tribueñe. Intérpretes: Maribel Per, Irina Kouberskaya, Mª Ángeles Pérez Muñoz, Rocío Osuna, Carmen Rodríguez, Iván Oriola y Chelo Vivares. Pianista y dirección musical: Mikhail Studyonov. Dirección, vestuario, escenografía, coreografía y proyecciones: Hugo Pérez. Teatro Principal de Zaragoza. 11 de febrero de 2011.
‘Por los ojos de Raquel Meller’ comenzó su recorrido en una pequeña sala madrileña, la Sala Tribueñe. Desde ese pequeño y carismático refugio, ha ido creciendo, haciéndose un espectáculo adulto y conquistando otros espacios de nuestra geografía teatral. Entendamos por adulto aquello que ha alcanzado su máximo grado de madurez y desarrollo físico e intelectual. Desde esa definición de lo adulto, la propuesta que firma Hugo Pérez, un joven creador poliédrico responsable de la dirección, vestuario, libreto, escenografía, coreografías y proyecciones, lo es plenamente. En efecto, es un espectáculo de una gran madurez teatral. Maduro en lo que se ve (lo físico) escenografía, iluminación, vestuario, maquillaje, interpretación, y en lo que no se ve (lo intelectual) las ideas, la concepción, la lucidez.
El resultado es una fantasía musical que despliega sobre el escenario toda la potencia de la magia de la ficción teatral, toda la fuerza y la capacidad de atracción de una poética propia, única y original. Magníficos el diseño escenográfico (a base de telones y forillos) que se despliega por toda la amplitud y la profundidad del escenario, el de luces (en continuo juego con la luz y con la sombra) que acota espacios y crea ambientes, los figurines, el maquillaje cargado de expresionismo. Todo ello destilado en una especie de alambique teatral, para crear una realidad escénica que tiene la esencia de una de esas antiguas fotos en sepia y la forma de una ensoñación alucinante. Hay una sabia utilización del espacio, una precisa medida del tiempo y el ritmo (con la salvedad de que la primera parte termina haciéndose un pelín larga) y una estética llena de coherencia y solidez.
No se trata, como dice el propio Hugo Pérez, de una biografía exacta de Raquel Meller, de hacer una reconstrucción historicista, sino de “ofrecer unos ambientes, un aliento femenino, un deambular poético por los hechos”. Y lo consigue de una manera más que satisfactoria. Hay un gran trabajo interpretativo. Bien dirigido, bien orientado. Contenido y lleno de expresiva teatralidad. Un trabajo muy coral del que se debe destacar, sin duda, el que desarrolla Maribel Per, magnífica actriz y magnífica cantante, que hace que durante ciento treinta y cinco minutos, la Meller vuelva a reinar sobre el escenario.
Joaquín Melguizo
Publicado en Heraldo de Aragón 13 de febrero de 2011