La programación de los conciertos principales de la trigésimo quinta edición del Festival Internacional de Jazz de Getxo estará encabezada por el cuarteto del saxofonista norteamericano Branford Marsalis y el pianista cubano Chucho Valdés y su grupo, The Afro Cuban Messengers. Lee Ritenour, Dave Holland y Aki Takase redondean la programación de conciertos estelares del festival, que tendrá lugar del 1 al 5 de julio. Las entradas del Getxo Jazz se pondrán a la venta el 2 de mayo. La jornada inaugural del festival contará con la actuación de la pianista japonesa Aki Takase (1948, Osaka) y su grupo, New Blues Project. Su carrera se inició a finales de los años 70, y en 1981 irrumpió en la escena europea, actuando en el prestigioso Festival de Jazz de Berlín con el aclamado trío del que formaba parte junto a Takeo Moriyama y Nobuyoshi Ino. Desde entonces ha colaborado con artistas como Dave Liebman, Sheila Jordan, Joe Henderson, Maria Joao, David Murray y Rudi Mahall.
Al día siguiente, sábado 2, el Getxo Jazz recibe a Lee Ritenour (1952, Hollywood), uno de los guitarristas de jazz-fusion más reconocidos del panorama musical. El artista californiano inició su carrera profesional en grupos como el famoso Brasil 77 de Sergio Mendes. Influenciado inicialmente por la música de Wes Montgomery, Joe Pass y Barney Kessel, Ritenour ha orientado su música principalmente hacia la fusión con otros sonidos, como la música brasileña, cuyo mejor exponente es el exitoso disco «Río». A lo largo de su andadura, ha sido nominado 17 veces a los premios Grammy y ha conseguido varios álbumes de oro, entre los que destaca «Larry & Lee», en colaboración con el guitarrista Larry Carlton.
El festival atraviesa su ecuador el domingo 3 de julio, de la mano del quinteto de Dave Holland (1946, Wolverhampton). El contrabajista y compositor inglés es una figura destacada en el estilo de vanguardia y ha actuado y grabado discos con artistas como Stan Getz, Chick Corea, Anthony Braxton, John Abercrombie y Jack de DeJohnette, entre otros. En 1972 tiene lugar su debut discográfico con el aclamado trabajo «Conference of The Birds» y ya en los 80 edita álbumes como «Life Cycle», «Jumpin’ In», «Seeds of Time» y «The Razor’s Edge» junto a su primer quinteto. En 1997 crea su actual grupo y desde entonces su discografía ha seguido creciendo con 8 trabajos más y el pasado año edita «Hands», una colaboración con el guitarrista de flamenco Pepe Habichuela.
La jornada del 4 de julio estará protagonizada por el jazz latino, de la mano del pianista Chucho Valdés (1941, Quivicán) y su grupo, The Afro Cuban Messengers. El músico cubano es considerado uno de los mejores pianistas del mundo y una de las figura jazzisticas más importantes de su país. Desde niño comenzó a tocar piano guiado por su padre, el también pianista, Bebo Valdés, y a los 14 años inicia su actividad profesional en la orquesta Sabor de Cuba, dirigida por su padre. Tras graduarse en la Universidad de las Artes de la Habana, participó en proyectos como la orquesta del Teatro Musical de La Habana, la Orquesta Cubana de Música Moderna y el grupo Irakere. Aupado desde muy joven a las más altas cotas del Latin Jazz y Afrocuban Jazz, Valdés ha recibido numerosos galardones a lo largo de su carrera, entre los que destacan cuatro premios Grammy.
Última jornada
El broche final en el Getxo Jazz correrá a cargo de Branford Marsalis (1960, Breaux Bridge, Louisiana). El saxofonista norteamericano, hermano del también popular músico Wynton Marsalis, inició su carrera profesional a principios de los años 80 y se dio a conocer en el seno de los Jazz Messengers de Art Blakey. Posteriormente pasa a formar parte del grupo de su hermano, con el que actúa de 1982 a 1985 y, al finalizar su andadura con éste, emprende su carrera en solitario, sin dejar de lado las colaboraciones con músicos como Sonny Rollins o Mile Davis. Marsalis es uno de los grandes virtuosos contemporáneos del saxo, ya sea tenor, soprano o alto. Cerca de una veintena de trabajos componen su discografía, y entre ellos hay que destacar «Trio Jeepy» (1988), considerado como uno de los mejores discos de jazz de los años ochenta.
