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«Muere, Julio César», basado en la obra de Shakespeare, en el Teatro Jofre

Producciones Espartanas presenta «Muere, Julio César», basada en la obra de William Shakespeare, el próximo 2 de junio en el Teatro Jofre de ´Ferrol, a las 20.30 h. Con adaptación de Gustavo Galindo, dirección de José Piris y música de Felipe Gutiérrez, el elenco de actores está integrado por Joan Llaneras, Germán Torres, Iago García, Gustavo Galindo, Claudia De Siato y Rafa Ibáñez. El día anterior, el miércoles 1 de junio, a las 20.00 h. habrá un ensayo general con entrada libre y una tertulia con los protagonistas de la obra.

 

 

«Es muy posible que, en estos tiempos, donde la economía se impone a cualquier otra consideración, pensamos, o algunos piensan, ¿por qué César?», reconocen desde Producciones Espartanas. «Puede parecer que la muerte de César nos queda lejana, un suceso olvidado, otro refugio de bibliotecarios e historiadores. Sin embargo, en nuestra opinión, la prosa y el verso de Shakespeare nos presentan un mundo de confabuladores y ambiciosos, un retrato preciso y exhaustivo del poder y de la sociedad como concepto atemporal. Por tanto, nuestra puesta en escena se establece bajo la influencia de la obra original, pero sin ser presa de la palabra escrita. En ‘Muere Julio César’, nuestra intención alcanza el personaje histórico y una suerte de sucesos reales y ficticios, pero también subraya sus concomitancias con nuestra realidad vigente. La muerte del más valido, silenciar a aquel que puede ser mejor que nosotros, son temas fundamentales de la humanidad que, a través del juego teatral, pueden, a la par que conmover o resultar divertidos, hacernos reflexionar. Reparando en cómo manipulan a sus camaradas romanos Bruto y Antonio, me atrevo a preguntarles: ¿No les recuerda a algo? ¿No se sienten, ustedes mismos, hoy, ahora, constantemente… manipulados?».
La trama de la obra se centra en la conjura de Casio y Bruto, en oposición al poder dominante, César. Bruto odia las ambiciones de César, pero no a César mismo, por lo que actuará con la intención de evitar una sangrienta revuelta. Calpurnia, esposa de César, advertida por un sueño, le suplica que no vaya al Capitolio. Sin embargo, César acude desoyendo advertencias, presagios y consejos. Allí, Bruto, Casio y los demás conjurados lo apuñalan hasta darle muerte.
Tras el suceso, los romanos acuden al Capitolio buscando alguna explicación. Bruto los apacigua con nobles palabras hasta que Marco Antonio, aliado de César, irrumpe con su cadáver. Comienza entonces un ambiguo discurso que termina por sublevar al pueblo contra los conjurados. Bruto abandona Roma y moviliza a sus legiones. Unos días más tarde, se le suma Casio con más tropas. Discuten, pero rápidamente resuelven sus diferencias y acuerdan atacar a Marco Antonio en Filippos. Esa noche Bruto es visitado por el fantasma de César. Al tiempo, Marco Antonio ha conseguido refuerzos, fruto de su alianza con Octavio y Lépido.
Ambas facciones se encuentran en Filippos. Allí Bruto vence a las fuerzas de Octavio, mientras que Casio es derrotado por Marco Antonio. Casio se retira y, pensando que Bruto ha caído, se suicida. Los ejércitos de Marco Antonio acuden a la batalla contra las tropas de Bruto. Tras una sangrienta refriega, Bruto se retira y huye. Derrotado y sólo, se da muerte.
«Julio César» fue escrita y estrenada por William Shakespeare en 1599. Sus fuentes son las vidas de Bruto, César y Marco Antonio tomados de «Vidas paralelas», de Plutarco. Algunos pasajes de esa extensa obra fueron extraídos, literalmente, de la traducción inglesa. Shakespeare conocía otras obras que, probablemente, también inspiraron su escritura. Ejemplos son «La Farsalia» (Lucano), «Epístolas» (Cicerón), «Historia natural» (Plinio), «Historia Romana» (Dión) o «Guerras civiles» (Appiano), entre otras.
Producciones Espartanas parten de la traducción de William Macpherson, de finales del siglo XIX, «por ser, en nuestra opinión, una de las más respetuosas en forma, estilo y contenido con el texto original. No obstante, esta traducción tendía a un estilo arcaizante que no se da en el original, en el que verso y prosa se entremezclan hábilmente. De hecho, ‘Julius Caesar’ de Shakespeare ha sido en distintas épocas criticada justo por ese lenguaje rápido y directo, ‘casi de taberna’, según Voltaire. Así pues, partiendo de la traducción de Macpherson, hemos acudido al original para traducir directamente aquellos versos que considerábamos más cuestionables. El resultado es un texto ágil, comprensible y fiel al verso shakespereano en cuanto estilo y concepto. Otra característica básica es la considerable reducción de personajes: de los casi 50 originales lo hemos dejado en 15, siendo interpretados por los 6 miembros del elenco. De esta manera, esencializamos la obra sin que por ello se pierdan las líneas temáticas del original o ‘los mundos’ que se contraponen en la obra».


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