Varios críticos europeos reflexionan en FÀCYL sobre el futuro de las artes escénicas
¿Hacia dónde va el teatro?, ¿Qué futuro nos espera? o ¿Qué camino han de seguir las artes escénicas de Europa? De esta manera Calixto Bieito, director artístico invitado de FÀCYL, reunía a seis relevantes críticos de teatro procedentes de Londres, París, Serbia, Grecia y Polonia a compartir sus propias experiencias con el público del Festival que se acercó a la Casa de las Conchas a las 12.00 horas.
Iniciaba el turno de palabra la periodista Marie José Sirach, jefa del departamento de cultura del diario francés L’Humanite. “Considero que hablar sobre el futuro es una cuestión muy metafísica porque creo que el futuro es hoy. No sabemos a dónde vamos y es complicado hablar de teatro europeo si política y económicamente Europa no existe, está balbuceante”, declaraba la periodista. Y añadía, “tengo la suerte de que en París la actualidad teatral y las artes tienen un papel muy importante en la vida pública (Festival de Avignon…) y contamos con una red muy importante de estructuras de teatro que hacen que la vida teatral sea muy rica y diversa. Siempre estamos descubriendo cosas nuevas, y de España es cierto que nos llega muy poco”. Su colega de profesión, crítica en Le Figaro, Armelle Héliot se mostraba conforme con las palabras de Sirach y aseguraba que “de acuerdo al futuro del teatro en Europa, me siento estupefacta porque aunque hablamos de una tremenda crisis económica y financiera nunca habíamos visto tantos espectáculos como ahora”, y hacía hincapié en su intervención, “sobre todo teniendo en cuenta el gran descenso de las ayudas y subvenciones”.
“Existen dos vías que determinan la evolución estética y moral del teatro en la escena europea. Por un lado, las imágenes en el teatro, contamos con más recursos y medios técnicos que han dado pie a una evolución inimaginable que acaba con las fronteras entre las artes plásticas, la danza y el teatro. Por otro, estamos asistiendo a una nueva tendencia en la que el teatro se vuelve muy pobre en cuanto a recursos que se concentra en el texto.
Conciso y determinante se mostró ante el público de FÀCYL Tomasz Milkowski, periodista, crítico literario y teatral y presidente de la Asociación Internacional de los Críticos de Teatro (AICT / IATC) en Polonia. “El futuro del teatro es que busquemos la opción de confrontar muchas posibilidades, pero examinándolo en conjunto. Cuando todo es posible, nada es posible. Cuando todo es bueno, nada es bueno. Es complicado hacer un diagnóstico de una situación en la que todos estamos implicados cuando no hacemos una evaluación”, aseguraba.
Tomó el relevo Savas Patsalidis, crítico de teatro en diferentes publicaciones en Tesalónica y Atenas. “Los festivales de pequeña escala que tengan menores subvenciones serán los grandes perjudicados. Cada vez habrá menos dinero público en el campo de las artes en Europa y las fuertes reducciones afectan al futuro del teatro”. “Existe una ideología que se cultiva en el circuito teatral europeo. Tenemos que fomentar la identidad cultural europea” y, añadía, “Lo que yo veo es que está surgiendo una homogeneidad muy peligrosa en el teatro. Y lo que Europa necesita ahora es heterogeneidad. Ahora no se promociona la dramaturgia, la visión de los directores y de los dramaturgos. Y creo que es lo que el teatro necesita, la belleza de la pluralidad”. “Vemos estructuras hermosas, una bella estética pero, personalmente, no me gusta el texto, el significado. Hemos sustituido la palabra por la estética”, concluía Patsalidis.
Desde Belgrado, Ivan Medenica planteaba un discurso centrado en el teatro político. “El teatro está perdiendo su capacidad de lucha y mantiene una posición histórica en los temas políticos. La política en el teatro no se encuentra en sus contenidos sino en la manera en que se representan las cosas, las relaciones entre escenario, actores y público”. Finalmente, y antes de iniciar una segunda ronda para concluir, la británica Kate Bassett (crítica en el Independent on Sunday) exponía ante los espectadores que “parece que el teatro británico es diferente, está separado del teatro europeo quizá por el legado de Shakespeare… En Inglaterra las reducciones no han sido tan abismales como esperábamos que fuera así que no ha sido tan terrible como se preveía. La nueva dramaturgia sí vive en Inglaterra un estado saludable”.
El director artístico invitado de FÀCYL 2011, Calixto Bieito, que siguió atento cada palabra de los periodistas invitados, culminó un encuentro que “en cierto modo, y pese a la dificultad de la pregunta inicial, nos ha servido para comenzar a descubrir ese posible futuro del teatro, de las artes escénicas”.