La temporada teatral llega a su fin. Algunos teatros de Barcelona representan sus últimas producciones dentro del Festival Grec, el último dirigido por Ricardo Szwarcer. Pero aún hay tiempo para anunciar nuevos proyectos, como el BIT (Barcelona Internacional Teatre) un centro de creación y producción escénica impulsado por Focus que tendrá como socios a los principales teatros del mundo. La internacionalización, una de las ideas que repite el conseller Ferran Mascarell día sí día también, parece que en el mundo teatral catalán empieza a tomar forma de la mano de Calixto Bieito. Focus, la principal empresa teatral privada de España, llevaba tiempo pensando en este proyecto que producirá espectáculos con equipos artísticos, circuitos y financiación de fuera. Habrá que ver cómo se desarrolla todo esto, tiene buena pinta, entre otras cosas porque no empiezan diciendo que van a construir un edificio, que ya sería el colmo. Mientras tanto los pequeños, la mayoría, las pequeñas productoras de teatro se preparan para el verano, bien merecido. Un ejemplo son los de La Perla (www.laperla29.com) que cierran la temporada con «Luces de Bohemia» llenando cada día. Bieito se ve que también quería montar el clásico de Valle Inclán pero Oriol Broggi se le ha avanzado. Repasemos lo que han hecho esta temporada y su estilo tan particular.
La Perla 29 es un productora que nace en 1999 y dirige Oriol Broggi. Desde hace ya algunos años estrenan sus obras en una de las naves góticas de la Biblioteca Nacional de Catalunya, un sitio maravilloso en el centro de la ciudad. Se pusieron de acuerdo en su día con la directora de la Biblioteca que les cede un espacio que no tenía uso y que había sido una de las dependencias del Hospital de la Santa Cruz. No se trata de un teatro, pero sin duda allí cada noche se vive una experiencia teatral. Las gradas móviles, el suelo de tierra, los arcos góticos, las escenografías, la música de unos acordes de guitarra, la proximidad con el espectador, la copa de vino a la salida … hay toda una serie de elementos que singularizan este lugar. Además, el cuidado y el mimo por cada producción es formidable: el director y los actores viajan a los paisajes originales durante los ensayos (Nápoles e Irlanda, este año), hay conferencias y mesas redondas sobre las obras durante los días de funciones, hay cenas (y alguna que otra fiesta) que celebra el equipo en la misma nave gótica, etc. Lluís Homar comentaba recientemente en una entrevista, que este espíritu, la artesanía teatral y el buen ambiente de trabajo que destacan todos los actores y profesionales que pasan por La Perla, recuerda a los primeros años del Teatre Lliure. No es el primero que lo dice. Por cierto, y hablando de Lluís Homar, los espectadores de teatro le echamos en falta en los escenarios. Estaría muy bien darle un merecido descanso a Lluís Soler, uno de los habituales de La Perla, y que pudiera venir Homar!
Como para todo el mundo, esta temporada también ha sido dura para La Perla, que no ha podido girar sus estrenos por Catalunya con normalidad. Los ayuntamientos no contratan y así es difícil recuperar la inversión que se hace con cada nuevo espectáculo. La reposición de espectáculos antiguos es una forma de seguir adelante. La Perla empezó la temporada 2010-11 en el María Guerrero con «Questi Fantasmi» y luego volvió a la Biblioteca para reponer «Natale in Casa Cupielo», uno de los éxitos de la temporada pasada y que cerraba el ciclo dedicado a Eduardo de Filippo. Luego vino «La muerte de Ivan Ilitx», de Tolstoi, una obra que estrenaron hace años en la Sala Beckett. Después siguieron con «La presa», del irlandés McPherson, con una escenografía magistral que convirtió la sala en un auténtico pub, abierto para el público después de cada función. La última producción nueva ha sido «Luces de Bohemia», en castellano, rarísimo para ellos, pero con un resultado sorprendente. En medio de la temporada hicieron un taller teatral para jovencísimos actores que culminó con algunas representaciones públicas. La experiencia tendría que tener continuidad en futuras temporadas y es urgente que los demás teatros tomen nota de ello. Es necesario que los jóvenes actores bien formados asalten los escenarios de forma regular y continuada, como lo hacen sin complejos en Inglaterra, por ejemplo.
Celebramos la apuesta de Focus i de Bieito. Estamos de acuerdo con la internacionalización de nuestra escena (¡No es posible que sólo dos textos de autores catalanes -Sergi Belbel y Pau Miró- hayan pasado por Londres en los últimos años!). Pero sobretodo hay que estar con los más frágiles, con las más efímeros. Apoyarles es un acto político.
