El Cronicón de Oña 2011 se celebra del 12 al 16 de agosto
La Iglesia de San Salvador de la localidad burgalesa de Oña acoge del 11 al 16 de agosto (a las 21.30) la puesta en escena de El Cronicón de Oña, una representación teatral en torno a la fundación del monasterio de Oña por el conde Sancho García, en el año 1011, dentro del contexto de la formación del Condado de Castilla y de su conversión en Reino.
El Cronicón de Oña es una representación histórica cuya narración transcurre fundamentalmente en los siglos bajo medievales, señalando datos que tienen que ver con la fundación del Monasterio de San Salvador en el año 1011, así como otros relacionados con los personajes que permanecen enterrados en el Panteón Real y Condal de Oña.
El espectáculo se desarrolla en el interior del templo del Monasterio de San Salvador y, por unos días, la Capilla Mayor se transforma en un improvisado escenario: Panteones, sillería, baldaquino, todo puede observarse con precisión y extraordinario brillo.
El proyecto, concebido como un esfuerzo colectivo, implica a gran parte de la población de la Villa de Oña, una pequeña localidad situada al norte de Provincia de Burgos, que sirve de nexo entre la Comarca de la Bureba y la norteña de Las Merindades. Con un censo de población que, no llega a los mil habitantes, ésta se ha volcado en la realización de este espectáculo ya que son más de 200 personas las que colaboran en la consecución del mismo.
El Cronicón de Oña es un espectáculo de luz y sonido dividido en dos partes que dedicada la primera a escenificar acontecimientos que se suceden en la Castilla del Conde Sancho García; la necesidad de formar de un territorio estable, las batallas y disputas por el mismo con los habitantes del sur peninsular y otros hitos, se suceden en el desarrollo de la obra. La segunda parte alcanza su momento cumbre con la fundación del Monasterio de San Salvador de Oña. A partir de ahí se dedica a los personajes que está enterrados en el Panteón Real y Condal. El rey Sancho III de Navarra o Sancho II de Castilla.
Es por lo tanto la contemplación del Patrimonio Histórico Artístico, la narración histórica y la propia tarea interpretativa llevada a cabo por el conjunto de actores, lo que el pueblo muestra al espectador. Dada la calidad de los elementos presentes, se posible afirmar que el Cronicón de Oña es un evento cultural de primera magnitud en Burgos y en toda Castilla y León.
Esa apreciación coincide con la manifestada por diferentes personas a lo largo de estos años y con el reconocimiento ha sido expresado igualmente por distintas Instituciones como la Junta de Castilla y León, al otorgar el Accésit del premio C de Turismo a la Villa de Oña.
Los orígenes
El Cronicón de Oña fue escenificado por primera vez en 1988 en la Iglesia Abacial de San Salvador de Oña y desde entonces, de forma ininterrumpida, todos los veranos el pueblo de Oña se reúne en este gran proyecto colectivo.
En España son diversas las ciudades y pueblos que mantienen la tradición de representar distintos autos sacramentales o escenas de la pasión. Aunque menos habitual, algunas localidades centran su actividad en representar pasajes de la historia. Hay tradición en Cataluña, es bastante conocido el misterio de Obanos y la Crónica Najerense. Estos últimos son los que inspiraron a los promotores de Oña, la idea de escenificar también en la Villa la historia de la fundación de su monasterio.
Así fue como desde principios de los años ochenta, vecinos del pueblo de Oña con Agustín Lázaro a la cabeza asistieron a las representaciones navarras y riojanas. Pocos años más tarde se esbozaban las primaras ideas sobre el guión. De esa época viene el comienzo del texto de nuestra representación «Oña es la flor de estos valles…», que hoy aparece publicada incluso en páginas divulgativas. Y así fue también, como por primera el director Roberto
Carpio, oyó hablar de Oña y del deseo expresado por Agustín Lázaro de aprovechar nuestro enorme patrimonio en una representación histórica.
Del año 1987 datan los bocetos de vestuario, hermosos cuadros que con una ligera traza describen vestidos de soldados, reyes y obispos, escenas de cortejos, tocados y palios. Nada se escapaba al curioso ojo del director y pronto todo el pueblo quedó cautivado por su personalidad. En las primeras asambleas, multitudinarias, se fue describiendo un proyecto cultural que precisaba de la implicación de gran parte del pueblo. Era preciso interpretar
papeles de un guión que, Juan Ruiz Carcedo, se comprometía a escribir.
La conjugación de gente del pueblo, una importante historia y un lugar tan bello como la Iglesia de San Salvador, conformaban un conjunto de considerable interés.
Con respecto al vecindario cabe decir que la propuesta no resultaba ajena. De un lado, tal y como hemos señalado, se habían organizado actividades con antelación, así que algunos ciudadanos ya conocían la experiencia de otras localidades. Por otro lado durante la estancia
de la Compañía de Jesús en Oña, algunas personas participaban o tenían experiencia en teatro no profesional.
Con todos esos antecedentes, después del verano de 1987, el pueblo de Oña comenzó una intensa actividad que le mantuvo ocupado prácticamente hasta el mes de agosto siguiente, fecha elegida de entre el calendario al considerar que alrededor del día 15, las abundantes fiestas en la provincia nos procurarían público libre de ocupaciones y por tanto con facilidad
para el desplazamiento a la Villa.