La cultura del desvínculo: recortes en educación y artes escénicas
Cerca de cien profesionales del mundo de la cultura, intelectuales y artistas han suscrito un manifiesto de apoyo a la comunidad educativa -profesores, padres y alumnos- frente a los recortes administrativos anunciados por algunas administraciones, que han sido calificados por las direcciones nacionales de los sindicatos de la enseñanza pública como un «ataque brutal al profesorado». Hoy lunes 12 de septiembre se hace público el manifiesto de apoyo a la comunidad educativa en el Ateneo de Madrid, en un acto presentado por los escritores Luis García Montero y Almudena Grandes. Algunos de los representantes que han firmado el manifiesto son el escritor Juan José Millás; el autor y director teatral José Sanchís Sinisterra; el dramaturgo Juan Mayorga; el escritor y economista José Luis Sampedro; el también escritor Eduardo Mendicutti o el profesor titular de la Universidad Autónoma de Madrid Jorge Riechmann.
Vivimos una realidad de crisis profunda que no es sólo una crisis económica. Esto no es una crisis coyuntural del sistema y estructura capitalista sino una crisis sistémica global, como la han dado en denominar desde 2009 algunos economistas. Sinónimos y asociaciones al fenómeno son colapso, derrumbe, recesión, deuda, quiebra o rescate y de cerca, burbuja inmobiliaria, hipotecas de riesgo, créditos blandos, bonos…Términos asociados al dinero o la riqueza material y el consumo. En las calles de las ciudades europeas, movimientos antiglobalización, 15 M, manifestaciones y denuncia contra las medidas adoptadas que recortan derechos sociales adquiridos y obvian los orígenes reales de esta situación. En estos días, los profesores de la enseñanza pública madrileña y otras comunidades como Aragón, Cataluña, Navarra, Galicia y Castilla-La Mancha protestan contra el recorte drástico de profesores interinos y que aumenta el número de horas de trabajo para el resto de profesores que son funcionarios. ¿Es esta una medida que favorece el empleo y mantiene el nivel de eficacia de nuestro sistema educativo? Me cuentan que en Madrid están desviando profesorado de la enseñanza pública a colegios concertados, y que empresas privadas ofrecen profesores de refuerzo a los centros educativos. Asistimos pues, a una tapada y oculta intencionalidad política a favor de la enseñanza concertada y privada, en detrimento de la educación pública como derecho. Esta es una práctica ya implementada en la sanidad pública en Madrid, pese a fuertes protestas y movilizaciones en los últimos años. Educación, cultura y sanidad no deben ser sensibles al ahorro y recorte porque son necesidades sociales fundamentales, motor del desarrollo de los pueblos. En Barcelona durante el mes de marzo, tuvo lugar una concentración contra los recortes presupuestarios en cultura convocada por la plataforma No retalleu la cultura y refrendada por 15 asociaciones del sector. Una maratón de protestas en forma de sentadas u ocupaciones nocturnas tuvo lugar en el Reino Unido semanas antes, para protestar por el cierre de cientos de bibliotecas municipales en el marco de los recortes presupuestarios impuestos por el Gobierno de David Cameron.
Cerrar bibliotecas y escuelas de música, asfixiar a revistas especializadas, finiquitar festivales teatrales y cinematográficos, recortar temporadas o dejar de invertir en formación artística, está siendo la medida de nuestro espejo sociopolítico, reflejo no de una austeridad responsable sino de una miopía que nos aleja y confunde. Vivimos en la «aldea global» eficazmente reconocida a través de las redes sociales donde educación y cultura son herramientas de comunicación y diálogo cargadas de futuro. El escritor Eduardo Galeano denomina «la cultura del desvínculo» como aquella que nos hace ver al prójimo como una amenaza, no como una promesa. Esta cultura evidencia «un total desinterés por la realidad humana, rinde apología a lo práctico, a lo inmediato… y pretende abarcar casi todas las dimensiones de nuestras vidas». Las bibliotecas, las orquestas, las aulas, los escenarios son espacios de intercambio de experiencias, sueños y visiones intangibles, lugares donde los hombres nos relacionamos con hombres, no con cosas; no son espacios de consumo.