Críticas de espectáculos

‘Sexos’/Pentación Espectáculos

Terriblemente ramplón

Definir qué es lo cómico, qué es lo que induce a un individuo a la risa, es una tarea harto complicada porque seguramente habría tantas explicaciones como gente que se ríe. Nada hay tan subjetivo y con tantas connotaciones (culturales, ideológicas, sociológicas…) como la risa.

Resulta mucho más sencillo, sobre todo en el teatro, donde se supone que ha de existir un mínimo de creación artística, señalar qué no es cómico. Y no lo es, desde luego, un conjunto de actores que gritan mucho, llenan su personaje de gestos y aspavientos, se mueven por el escenario sin demasiado sentido mientras dicen, a una velocidad desmesurada, un texto plagado de “culos”, “pollas”, “coños” y diferentes conjugaciones del verbo “follar”. Y no es un problema de aversión a ninguna palabra. Es, simplemente, que cuando se utilizan sin otro fin que el de provocar la risa fácil del público (al parecer lo soez resulta muy divertido) evidencian que se trata un texto de una enorme simpleza y superficialidad.

Por mucho que pretenda reproducir lo que se supone son “situaciones cotidianas”, las cosas que suceden en la vida. Pero entre la vida y el teatro hay una gran diferencia. En la vida lo cómico se da y en el teatro, que es arte, se cultiva y se crea. Lo cómico, en el teatro, no es una mera imitación de lo cómico de la vida, sino el resultado de crear, construir, provocar situaciones cómicas. Esa es la esencia del arte de contar historias en el escenario: la situación. Sea esta cómica o dramática. Y en ‘Sexos’ no se crea ni una sola situación cómica. Por eso no hay ni asomo de comedia, por eso no cuenta nada y apenas si sucede alguna cosa que no sea volver una y otra vez sobre lo mismo durante casi dos horas.

La puesta en escena es plana, reiterativa y previsible. No acierta con el ritmo, especialmente en la segunda mitad. Hacer las cosas muy deprisa y hablar muy rápido no es sinónimo de divertido. El trabajo interpretativo supongo que refleja lo que la dirección ha pedido, que en este caso en bien poco. ‘Sexos’ es más de lo mismo. Incluso menos de lo de siempre. Es aburrida hasta resultar exasperante. ¿Y el público? Algunos espectadores se marcharon antes del final pero la gran mayoría picó el anzuelo del chiste ramplón, rió y aplaudió con entusiasmo al finalizar. Tal vez sean ellos quienes tienen razón.

Joaquín Melguizo

Publicado en Heraldo de Aragón 8 de octubre de 2011

 

Obra: Sexos Autores: Xavier Bertrán y Pep Anton Gómez. Produce: Pentación Espectáculos. Intérpretes: Pepón Nieto, Anabel Alonso, Neus Sanz, Xavier Bertrán y Ana Royo. Escenografía: Lluc Castells. Vestuario: Miguel A. Millán. Iluminación: José Manuel Guerra. Música original: Pere Hernández. Dirección: Pep Anton Gómez.

Teatro Principal de Zaragoza 6 de octubre de 2011


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