¿Qué decir?
Dedicado a Iñaki Gorroñogoitia
Ojalá tuviera algo. Ojalá me animase el espíritu y la motivación de antaño; esa pulsión en la tecla, esa imagen en la retina que clama mi expresión para existir. Esa adrenalina que sueña tiempos felices de cigarrillos; nubes de deseos nicotínicos y febriles alimentados por mi desbordante imaginación. Ojeo la prensa del día buscando pistas para mi espacio. Abro algunas columnas de colegas en esta sección. Me distraigo como nunca con la lectura digital de temas varios y desde diversas ópticas (unas críticas, otras personales, algunas profesionales), todas honestas que dan cuenta de nuestra realidad artística y cultural, plena en recortes, sesgos y tristezas. Así que me digo, ¿por qué no? Si me quedo en blanco, pues me quedo. No pasa nada. Asúmelo. Y no es que no tenga nada que decir, sino más bien, que no encuentro el foco de mi mirada; ando como perdida, desorientada. Esta semana ha sido intensa en ensayos; me entrego a la tarea de revelar y dar luz a Exorcismo de sirena, de Alicia Casado, dirigida por Juana Casado. Coincido con la fragilidad sobre la que medita Juana Lor en su Sangrado semanal. Quitando que fui a la entrega de Premios de la Unión de Actores, el lunes pasado en Madrid, que dio el Premio a Toda Una Vida a Asunción Balaguer en la pista central del Circo Price, y que esta tarde asistí al último título teatral de Paloma Pedrero en Conde Duque, En la otra habitación … digamos que he tenido más contacto con el universo ficticio aunque veraz que envuelve el proceso de montaje de una obra; un bálsamo contra la tristeza de noticias del mundo real como el recorte del 65% en los presupuestos de cultura del Gobierno de Canarias para 2012. Me perdí la presentación del último libro de Pepe Monleón, que promete excelencia, Siglo XX. La evolución pendiente, presentado en el Círculo de Bellas Artes por Nuria Espert y Julián Estefanía. Y no puedo asistir a la Muestra de Teatro de autores contemporáneos de Alicante que rinde homenaje a Salvador Távora en esta edición. Pero hoy visité al precioso bebé de Amaranta Osorio y François Tarralle que lleva por nombre Kai Aurelie.
El secretario general de la Unión de Actores, Vicente Cuesta, advirtió que vienen tiempos difíciles y que los actores debemos estar más unidos que nunca. De pronto algo se me rompe y me echo a llorar. El llanto lleva anegándolo todo …. hasta el blanco de hoy. Perdonen la tristeza … como decía La Zaranda. La expectativa de que el volcán submarino en la isla atlántica de El Hierro estalle de una vez, se parece a mi llanto. Y dedico esta reflexión a nuestro joven compañero en la RESAD Iñaki Gorroñogoitia, maestro de armas, fallecido el viernes 4 de noviembre del presente año. Siempre con nosotros.