El coreógrafo argelino Abou Lagraa presenta ‘Nya’ en el Teatro Alhambra
El coreógrafo Abou Lagraa-Ballet Contemporáneo de Argelia presenta en el Teatro Alhambra de Granada el espectáculo ‘Nya’, un encuentro dancístico y musical que nos conduce a un viaje por las orillas del mediterráneo, desde el Bolero de Ravel a las cautivadoras voces orientales de la cantante Houria Aïchi. Un espectáculo que se estrena por vez primera en España y en el que la música rodea, envuelve y consume a los bailarines hasta que entran en trance.
Abou Lagraa no es nuevo en la plaza. Lleva bailando desde los 16 años y ha colaborado con coreógrafos de la talla de Rui Horta hasta convertirse en asistente de un proyecto para la prestigiosa Fundación Gulbenkian de Lisboa. En 1997 funda su compañía La Baraka, creando hasta la fecha 12 piezas que lo han llevado desde Europa hasta Estados Unidos, Túnez o Indonesia y alcanzando tal prestigio que en 2006 el Ballet de la Ópera de París le encarga Le souffle du temps una coreografía para 21 bailarines entre los que se incluían sus tres primeras figuras.
Es en 2008 cuando, asentado en Francia, siente la necesidad de hacer algo en Argelia y se embarca en la creación de un puente cultural mediterráneo que da como resultado principal la creación de la Unidad Contemporánea del Ballet Nacional de Argelia cuyo primer fruto es este Nya que tras estrenarse en su país cosecha un sensacional éxito en la Bienal de la Danza de Lyon que lo catapulta al primer escalón del panorama dancístico internacional.
Cuando Lagraa llega al país de sus padres, en Argel, no se veía danza contemporánea desde que Maurice Béjart actuó en los años setenta y los tres conservatorios heredados de los franceses, estaban abandonados. De forma que se presentaron 400 hombres, así como 10 chicas que terminaron por abandonar.
«Sobre todo en las sociedades orientales, las chicas tienen que tener un título y trabajar para emanciparse. El de bailarina no es un oficio», dice Mokhtar Boussouf, de 37 años, uno de los bailarines reclutados. En la actualidad una vez reconocido como auténtico Ballet Contemporáneo comienza el proceso de audiciones para chicas.
Nya se articula en dos tiempos: la primera parte se desarrolla sobre el Bolero de Maurice Ravel. Es una fusión entre lo moderno y lo clásico. Los bailarines ejecutan figuras hip-hop sobre melodías clásicas, mientras que la segunda parte se caracteriza por las figuras al ritmo de los cánticos (de la región argelina del Aurés) de Houria Aïchi.
Dos registros, dos imaginarios distintos y por tanto dos sensibilidades, cada una con su estética propia, incluso una poética que tiene en cuenta a los cuerpos en movimiento y en su expresividad unas veces apagada y otra exuberante.
La creación busca ser una representación contemporánea, una inspiración directa del cuerpo que va, de un lugar a otro, sitiando el espacio por pasos tan refinados como instantáneos, evolucionando con tanto brío como mesura y naturalidad.
Ellos bailan: componen el paso, crean el gesto, el movimiento, despojándolo de su artificio, quedándose únicamente con su aspecto original.
Sensualidad y virilidad confieren al juego corporal, elevado y aéreo, fluido, libre y suelto, una dinámica penetrante por la cual se crea un universo de una fuerte carga emocional.