Hace tres años aproximadamente y gracias a una iniciativa privada un grupo de profesionales de la voz y el teatro tuvimos la oportunidad de conocer y experimentar el trabajo de Enrique Pardo. En aquella ocasión vino acompañado de Linda Wise, ambos integrantes de Pantheater. Para todos aquellos que no estéis familiarizados con los nombres citados, permitidme que en una serie de artículos os los vaya presentando. Comencemos con Enrique Pardo, director teatral, performer, pintor y escritor.
1946, Lima. Enrique Pardo nace en el seno de una familia criolla acomodada con fuertes conexiones francófilas. Su infancia transcurre en Perú para después trasladarse a Europa. Cursa los estudios de bachillerato en París y estudia Derecho y Económicas en Madrid para después trasladarse a Londres donde se gradúa en Pintura en la Chelsea School of Arts. También en Londres desarrolla su labor docente en Bellas artes en el Goldsmith College. Con 24 años comenzó a trabajar en el Roy Hart Theater. Un paso repleto de connotaciones e implicaciones tanto personales como culturales. Al mismo tiempo que director y actor, comenzó a enseñar voz dentro del marco pedagógico del Roy Hart Theater. El modelo de clases individuales practicado por los seguidores de Roy Hart, se sitúa muy cerca del modelo de trabajo transferencial psicoanalítico. Incómodo con alguna de las implicaciones de este modelo pedagógico, especialmente con el potencialmente ambivalente uso de lo terapéutico. Enrique decide parar su labor como profesor de voz durante unos años. Entre los años 70 y 80 comienza a frecuentar y dialogar con personalidades de la psicoterapia como James Hillman, Rafael López-Pedraza, así como Charles Boer, Paul Kugler, Ginette Paris, Nor Hall y con las corrientes psicológicas humanistas, en concreto movido por el concepto de arquetipo. Finalmente esta labor de investigación daría nacimiento a Pantheater.
En 1981, fundó Pantheater con la puesta en escena de un solo centrado en la figura mítica del dios Pan, «Calling for Pan» La pieza de danza-teatro fue física y vocalmente un espectáculo de fuerza, un viaje, un ritual salvaje de invocación al dios Pan que incorporaba los límites entre lo humano y lo animal.
Kristin Linklater, Chair of Theater,Columbia University y sobre quien habéis podido leer una pequeña biografía en esta columna , dijo » Enrique Pardo saquea la mitología griega y la alquimia como medio de inspiración. Sus alumnos viajan a través de nuevos territorio, traspasando límites, cruzando nuevas fronteras y cosechando iconoclastas recompensas. Performers de todas las disciplinas romperán sus viejos hábitos y disolverán inhibiciones, descubrirán un coraje vocal y físico y entrenarán su musculatura imaginativa como nunca lo hayan hecho hasta entonces. Los directores de escena podrán ver la escena con nuevos ojos y escuchar el texto con nuevos oídos»
En nuestros días, acompañado de sus colaboradores, Enrique insiste en que nuestro concepto de estética, nuestros modos de percepción y valoración y, por último, nuestras ideas culturales y políticas están necesitadas de terapia. De ahí, su empeño en los desafíos intelectuales y mítico-poéticos que presenta. Desafíos asentados siempre en un trabajo corporal y vocal ampliamente desarrollado e imaginativamente profundo, casi subversivo.
