Con sabor de Bouffes
Encuentro, separación, búsqueda y reencuentro. Y el amor como el motor de la historia. Este el esquema básico de la narración griega y del origen de la novela. Héroes y caballeros, clásicos y modernos, todos han hecho el mismo recorrido. Todos se han realizado y hecho personajes entre las aguas del mar o en medio del bosque. Todos han sufrido odio y amor en sus propias carnes. Y el viaje y la aventura ha sido su espacio natural. Todos. Como Jeanne y Simón, los gemelos de «Incendios» de Wajdi Mouawad, que están estos días en Barcelona.
El Teatro Romea ha acogido la última producción de La Perla 29 y lo han dejado con sabor de Bouffes du Nord, el teatro de Peter Brook. Espectadores sentados en la caja escénica y actores en la platea. Ni rastro de la italiana. Iluminación exquisita y arena en el suelo. Una impresionante tela de fondo, que parece que hayan sacado directamente de la curtiduría de Fez, cierra el espacio. Los elementos básicos de los montajes de Oriol Broggi en la Biblioteca de Catalunya se han trasladado, en esta ocasión, a unos pocos metros, en uno de los teatros más emblemáticos y clásicos de la ciudad.
El texto de Mouawad es brutal, es de esos que te golpean. La compañera Vanesa Sotelo hablaba hace poco en su columna de la versión cinematográfica de la obra y explicaba perfectamente los elementos básicos de la trama. La columna se titula «Matemáticas puras», y la recomiendo calurosamente. Hablemos pues ahora del montaje. Tenía muchas ganas de verlo, me contaban que cada día el teatro se pone en pie y que las entradas se venden como churros. (Ciertamente, todo el mundo se levantó). Pero en mi opinión no se trata de la mejor obra de Broggi. Este director lleva haciendo cosas increíbles, pero hay algo en este montaje que no lo convierte en algo verdaderamente especial. No creo que se trate por la nueva ubicación (Romea), puesto que Broggi ha demostrado que puede trasladar perfectamente su poética escénica fuera de su querida Biblioteca, como hizo brillantemente hace ya unos años con «El cercle de guix caucasià» (montaje que pasó un poco desapercibido pero que fue exquisito), o más recientemente con «Electra», ambas representadas en el TNC. Creo que en esta ocasión a la pieza le falta un poco de ritmo. Me duele decirlo, pero a nivel formal, en algunos momentos de la primera parte, me vinieron a la cabeza algunas imágenes de las representaciones de los «pastorets». Tengo la sensación como si el director no haya conseguido domar un texto salvaje. A nivel interpretativo, Clara Segura y Julio Manrique están grandiosos como siempre, aunque el segundo no acaba de poner su marcha de crucero habitual. Por otro lado, Màrcia Cisteró y Xavier Boada, los ya clásicos secundarios de La Perla 29, se muestran inmensos. Broggi tiene una cantera de gran calidad.
Han sido varios los viajes que ha hecho ésta compañía a raíz de esta obra. Uno ya lo hemos dicho: de la Biblioteca de Catalunya al Teatro Romea, dos espacios teatrales a escasos metros de distancia separados por la calle Hospital. Está bien que Julio Manrique, que es también el responsable artístico del Romea, y Oriol Broggi se hayan atrevido a poner patas arriba un teatro que necesitaba un poco de ventilación. Solo esto ya tiene muchísimo valor. El segundo viaje tuvo lugar durante la preparación de la obra, cuando la compañía se fue a Beirut, a ver con sus propios ojos la prisión de Kfar Ryat, uno de los escenarios que salen en el texto. No es la primera vez que la compañía se desplaza a los lugares reales donde se desarrolla la acción. Así, en «La presa», viajaron hasta Irlanda para empaparse de los paisajes, de los cementerios, de la melancolía, y por supuesto, de la cerveza negra. El tercer viaje es de carácter general y lo llevan haciendo desde el principio. Un viaje que les ha llevado a ser grupo. La historia teatral ha pasado por todas fases: al principio el actor lo era todo: escogía las obras, la dirección, el reparto… Luego el director se convirtió en la figura más importante. Y ahora, en nuestro tiempo, la fuerza la tiene el grupo, la comunidad. La Perla 29 y muchos otras compañías lo llevan aplicando desde hace mucho tiempo. Esta característica les da mucha frescura y modernidad y se nota en todos y cada uno de los montajes. No salgo volando de «Incendios», pero ya tengo ganas de ver lo siguiente que preparan.