Críticas de espectáculos

‘Mujeres de Shakespeare’/Rafael Álvarez ‘El Brujo’

Alguna vez me ha declarado, desde estas mismas páginas, ferviente partidario de la ‘brujería’, y ello desde que en 1985 vi a Rafael Álvarez ‘El Brujo’, dando vida al Rogelio que Alfonso Sastre creó para ‘La taberna fantástica’. En efecto, su talento como actor es enorme. Su figura de juglar, su carisma sobre la escena y su capacidad para conectar y transmitir son tan grandes, que incluso es capaz de poner en pie a un teatro (a una parte al menos) con un espectáculo que no está, ni mucho menos, a la altura de lo que se espera de él y que ha ofrecido en muchas propuestas anteriores: ‘Los misterios del Quijote o el ingenioso hidalgo de la palabra’, ‘La sombra del Tenorio’, ‘San Francisco juglar de Dios’… o cómo no, en su excelente Lazarillo de Tormes.

‘Mujeres de Shakespeare’ parte de un planteamiento lleno de interés: la idea de que las mujeres en las comedias del dramaturgo inglés poseen mayor inteligencia, mayor nivel intelectual, más carisma y más brillo que los hombres. Sugerente punto de partida. El problema es que luego esos personajes (las mujeres de Shakespeare) tienen un papel bastante secundario y que esa idea tan atractiva es abordada de una manera demasiado superficial. Creo que falta mayor profundidad dramatúrgica y sobra alguna concesión a la broma fácil. Y no es que falte estructuración, sino que la que hay no pone el acento en lo que debería ser fundamental: las mujeres de las comedias shakesperianas.


Hay una cuidada escenografía, una exquisita iluminación y esas hermosas pinceladas con las que el violín realza el verso de Shakespeare, llenando de atractivo lo que vemos y oímos pero sin poder evitar que, por momentos, la puesta en escena nos recuerde demasiado a anteriores espectáculos. Es cierto que quien va a una función de ‘El Brujo’ va a verle a él y seguramente no espera grandes sorpresas, pero su talento es capaz de aunar lo característico de sus propuestas tan personales, con una adecuada dosis de innovación y sorpresa.


Pero luego está él, tan pícaro y burlón, con su gran capacidad para el juego metateatral, su dominio de la palabra, del gesto, del ritmo, de los silencios, de los tiempos, del espacio, haciendo que parezca algo sencillo hacer que los espectadores caigan rendidos a sus pies. Tal vez no hubo mucho Shakespeare, pero tuvimos embrujo suficiente.


Joaquín Melguizo

Obra: MUJERES DE SHAKESPEARE –  Compañía: Cia. Rafael Álvarez “El Brujo”. – Escenografía: Roberto García – Iluminación: Miguel Ángel Camacho – Violín, composición y dirección musical: Javier Alejano – Interpretación y dirección: Rafael Álvarez – Teatro Principal de Zaragoza – 15 de marzo de 2012.

 Publicado en Heraldo de Aragón 15 de marzo de 2012

 

 

 


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