Roger Bernat presenta ‘La consagración de la primavera’ en Artium
El programa de Artes en Vivo del Museo Artium de Vitoria-Gasteiz acoge el viernes, 13 de abril la representación de ‘La consagración de la primavera’ en la que el creador Roger Bernat ofrece una mirada particular a la coreografía de Pina Bausch, haciendo que los espectadores sean protagonistas del espectáculo que es a la vez un juego y una coreografía.
Se dan al público auriculares inalámbricos de 3 canales. Se les invita a entrar en la sala. Suena La consagración de la primavera de Igor Stravinsky, uno de los ballets más importantes del siglo pasado, del que Pina Bausch hiciera en 1975 una versión histórica. Se escuchan diversas voces. En cada canal algo diferente. Voces en paralelo que divergen y se entrecruzan. Los espectadores son protagonistas del espectáculo que es a la vez un juego y una coreografía.
Bernat opta por desmitificar y desmistificar el ballet de Bausch que sugería una despiadada irrupción de la realidad, de la mortalidad, de la falibilidad en los protocolos de la coreografía y bajo el signo de la “mortal ineficiencia del cuerpo respecto a los mandatos de un rito llamado danza donde se agota la Consagración de Pina Bausch” según explica Roberto Fratini, profesor de Teoría y Metodología crítica, para señalar que en ese punto “comienza el experimento de paráfrasis actuada de Roger Bernat (con la danza voluntariosa de un cuerpo fatalmente ineficiente que es el del espectador)”.
Fratini añade que “existe algo extraordinariamente subversivo en el hecho de proponerle al público que viva un ritual mientras que las instrucciones que vehiculan el acontecimiento no son más que la paráfrasis de una coreografía ya existente”. En esta “desacralización de la Consagración que es también la desmitificación de todo mito espontaneísta inspirado en la performance participativa”, el espectador puede tomar múltiples decisiones independientemente de las consignas recibidas a través de los auriculares porque ni actúa ni es actuado por el dispositivo, ya que puede mimetizarse con él, es decir, puede vivir la experiencia de la semejanza cuando decide llevar a cabo los comportamientos propuestos. Pero también puede fingir no haber escuchado nunca la orden que está recibiendo y que ningún otro sabe que está destinada precisamente a él o, incluso, tiene la posibilidad de ejecutar la orden que no ha recibido en ningún momento.