Críticas de espectáculos

33 tours et quelques secondes / Rabih Mroué y Lina Saneh

Summertime en Líbano

¿Por qué las protestas populares de la llamada Primavera Árabe no llegaron a prender en Líbano, como última etapa en la horquilla mediterránea iniciada en Túnez y que ha llegado hasta Siria pasando incluso por Jordania? Esta es la pregunta de partida para la última propuesta de la pareja de artistas formada por Rabih Mroué y Lina Saneh, que después de su Photo Romance –presentado en el Festival de Avignon en 2009 y en el Escena Contemporánea madrileño de 2011- vuelven a indagar en el presente de su país a través de una forma teatral en continua puesta en cuestión.

El resultado es 33 tours et quelques secondes, presentada en el Kunstenfestivaldesarts –y que también pasará por Avignon-, una obra sin actores en escena en la que toda la información nos llega a través de aparatos electrónicos: un ordenador, una televisión, un fax, un contestador telefónico, un móvil, un aparato de música… Son los elementos presentes en la casa del personaje central, precisamente el que acaba de quitarse la vida en esa habitación que vemos, oyendo por última vez a Jacques Brel y abriendo la puerta a múltiples interrogantes.

¿Qué significado social hubiera tenido en Líbano en octubre de 2011 el suicidio de un joven artista teatral conocido y profundamente reivindicativo? La posible respuesta, las reacciones y consecuencias inmediatas tras la noticia, son las que el espectador va recibiendo a través de los comentarios en la página de Facebook del propio artista, pero también por los reportajes especiales en televisión, o en las llamadas y mensajes de amigos que aún no saben de su muerte.

Si ha sido habitual situar a las redes sociales y al desarrollo de los sistemas de comunicación como un elemento esencial de las recientes revueltas, Mroué y Saneh deciden dar el protagonismo a estos dispositivos tecnológicos en su obra y poner el acento en la dialéctica que pueden generar entre medio y mensaje. En el ordenador, Facebook permite la inmediatez de la noticia y el lanzamiento de un debate en el que participa casi cualquiera. Se hace cuestión de lo público y de lo privado –»¿Es este el Mohammed Bouazizi de Líbano?» o «¿por qué no cerrar este perfil e impedir que se difame contra el que acaba de morir?»- y se mezcla en una misma interfaz la publicidad del falafel libanés con los datos biográficos y las fotos del artista. En la televisión, la noticia llega tarde y enseguida mediada por el tipo de narración que realizan los periodistas para reconducir el sentido del suicidio. Del análisis se pasa al divertimento, de la imagen de otras revueltas al fútbol y la propaganda. En el móvil siguen llegando los mensajes de una amiga camino de Beirut para visitar al recién fallecido, y, en el contestador, la que parece su pareja responde con argumentos y canciones a la última conversación que tuvieron juntos. Aquí y allá, hojas que salen volando del fax e interludios musicales salidos de los diferentes aparatos, con sus ‘mise en abyme’ incluidas: The revolution won’t be televised en la propia televisión, o Janis Joplin cantando al Summertime que viene tras la primavera desaprovechada.

Al final, de todo ello queda un resultado no todo lo homogéneo que parece pedir la propuesta: los autores dejan abierta la puerta de las conclusiones de forma deliberada, pero del mismo modo dejan sin explorar caminos posibles y sin duda fructíferos que la propia obra no hace sino apuntar. El espectáculo pide media hora más para mostrar hasta dónde puede llegar ese camino, iniciado de una manera tan potente, dejar tiempo a la aparición de los matices en las diferentes reacciones, y a los diversos conflictos que llevan a una sociedad a no dar un paso de respuesta colectiva. Esta falta de desarrollo hace que la pieza quede en un conjunto de planteamientos formales claramente productivos y sugerentes, pero que no consiguen dejar en el espectador la sensación de haber asumido todas las posibilidades y riesgos de la propuesta.

 

33 tours et quelques secondes – Dramaturgia y dirección: Rabih Mroué & Lina Saneh – Escenografía y animación: Samar Maakaroun – Kunstenfestivaldesarts – Beursschouwburg, Bruselas – Del 22 al 26 de Mayo de 2012.


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