Teatro Corsario presenta en Guayaquil (Ecuador) ‘El médico de su honra’ y ‘El caballero de Olmedo’
La compañía Teatro Corsario Castilla y León inicia hoy (20 de septiembre) una intensa actividad teatral en la localidad ecuatoriana de Guayaquil, durante la próxima semana y media, entre el 20 y el 30 de setiembre, centrada en sus dos últimas producciones: El Caballero de Olmedo, de Lope de Vega, y El Médico de su honra, de Calderón de la Barca. Además de las once representaciones que llevará a cabo en el teatro Sánchez Aguilar de Samborondón-Quayaquil, cinco de ellas dirigidas a 2000 estudiantes de entre 12 y 17 años y seis dirigidas a público adulto, los actores de la compañía vallisoletana impartirán dos talleres de formación.
El primero, avanza Ramón Barranco, director artístico del citado teatro, «va dirigido a profesores de colegios, principalmente de secundaria, y orientado a conocer a los clásicos y a cómo utilizarlos en la enseñanza de la literatura».
En el segundo, enfocado a directores de teatro y actores de la ciudad de Guayaquil, «mostrarán cómo montar en la actualidad una obra en verso, así como otras aportaciones basadas en su propia experiencia a la hora de decir el verso y la vigencia de estos textos clásicos en la sociedad actual», señala.
Según Barranco, tanto las funciones didácticas como las destinadas al público adulto y los talleres «sin duda, servirán de gran aprendizaje para ellos porque los conocimientos de Corsario suponen una manera de hacer teatro, en verso, que aquí es muy poco conocida».
Esta es la octava vez que la compañía vallisoletana actúa en América. La primera fue con Pasión en 1996, en el antiguo convento de San Ildefonso, México DF. En esta ocasión, con el fin de abaratar costes, la escenografía y el mobiliario, tanto de El Caballero de Olmedo como de El médico de su honra, se han fabricado en la ciudad ecuatoriana, y los 15 profesionales, entre actores y técnicos que participan en las obras únicamente han llevado el vestuario y algo de atrezzo como equipaje de mano.
Exhibir espectáculos de medio o gran formato a miles de kilómetros de donde se producen es una de los obstáculos a los que tradicionalmente se enfrenta Teatro Corsario Castilla y León cuando se plantea viajar por medio del avión.
Todos los años, -y en estos momentos de crisis, obviamente, más- la compañía tiene que rechazar invitaciones para participar en festivales o programaciones lejos de casa por lo elevado del presupuesto que supone el trasporte.
El mismo Ramón Barranco asegura que «no es una vía fácil». Y lo argumenta: «Sin el apoyo de las instituciones españolas para el pago de los desplazamientos y con una escenografía voluminosa, máxime al tratarse de una compañía con muchos integrantes, es muy complicado su traslado y, por tanto, su viabilidad económica».